miércoles, 13 de julio de 2011

JORQUERA-RUBIO, LO QUE COLO COLO UNIÓ EUROPA PRONTO LO SEPARÓ

Era la pareja ideal, un pasador profundo, capaz de batir con facilidad líneas de presión, y un delantero con una inusitada facilidad para desmarcarse, un atacante cuyo hábitat natural es la frontera del fuera de juego. Los hinchas de Colo Colo se frotaban las manos al ver como coincidían en la primera plantilla dos de sus canteranos más prometedores. Al fin iban a concurrir Cristobal Jorquera, el mediapunta con mayor facilidad para el último pase en el campeonato chileno y Diego Rubio, el ariete más oportunista de todas las categorías inferiores del club de la comuna de Macul. Jorquera ya era estrella, el ídolo de la hinchada y el centrocampista con más facilidad para decantar un partido igualado, pero sus compañeros no estaban a su altura y el equipo cada vez tenía más dificultades para luchar por el título. Los aficionados se impacientaban y recordaban con nostalgia al idolatrado Lucas Barrios. Fue en ese clima de búsqueda desesperada de un delantero con instinto asesino en el que emergió con fuerza Diego Rubio, quien con sus goles en la Copa Libertadores se metió a la hinchada del ‘indio’ en el bolsillo. La conexión ya se había ilusionado con que el binomio Jorquera-Rubio fuese argumento más que suficiente para justificar el apodo de ‘cacique’ de su club y permitir que Colo Colo volviese a tiranizar el campeonato doméstico del país andino. Sin embargo, la dupla fue tan prometedora como efímera, ya que cuando Rubio comenzó a golear con asiduidad saltó la esperada noticia de la emigración de Jorquera a Europa, el Genoa había arrebatado a Rubio a su principal surtidor de asistencias.

Nombre: Cristóbal Jorquera
Equipo: Genoa
Fecha de nacimiento: 4/8/88
Jorquera es un mediapunta que destaca por su extraordinaria inteligencia en la lectura de juego. Clarividente en la zona de tres cuartos, su extraordinario nivel técnico, unido a su temple a la hora de manejar los tiempos para dar el último pase, le convierte en un futbolista ideal para abrir entramados defensivos cerrados. Elegante en la conducción de balón en carrera, controla todas las superficies de contacto y maneja con soltura ambas piernas, por lo que es muy difícil de frenar sin cometer falta. Con carencias a nivel físico, debe mejorar en la dosificación de esfuerzos, puesto que llega falto de frescura a los instantes finales del encuentro y pasa desapercibido cuando éste tiene una alta carga de intensidad. Partiendo desde la banda izquierda, se refugia en el costado para evitar el contacto físico y trazar diagonales que son el preludio de un ajustado disparo o un magnífico pase entre líneas.

Más que capacitado para superar a la zaga rival con sus envíos en profundidad, es un atacante desequilibrante, con buen regate en la arrancada merced a sus inteligentes controles orientados. Poseedor de un gran golpeo de balón desde media y larga distancia, arma con rapidez el disparo y ejecuta con precisión las jugadas a balón parado ofensivas de su equipo. En ocasiones ofrece un rendimiento intermitente, denotando que todavía no es un jugador de gran fortaleza mental. De hecho, el propio Jorquera declaró en una ocasión que es “de esos que si le sale la primera jugada” siente “que va a tener un gran partido”.

Producto de las categorías inferiores de Colo Colo, debutó con el primer equipo en el año 2006, sin haber llegado aún a la mayoría de edad. Dejó algunas pinceladas de su calidad pero, debido a su juventud, debía ganar más experiencia para consolidarse en la primera plantilla del ‘cacique’. Por ello, al año siguiente, se acordó su cesión al Ñublense, por entonces recién ascendido a la máxima división del país chileno. Tras expirar su contrato volvió a recalar de nuevo a préstamo en un nuevo equipo, esta vez en Unión Española para que su progresión no se viese frenada. Regresó al club que le formó como jugador y, aunque no gozó de las mismas oportunidades que en sus estancias como cedido, continuó recibiendo la llamada de los técnicos de las divisiones inferiores de la selección chilena. Acuciado por el riesgo de pasarse una temporada condenado al banquillo, decidió volver a salir cedido y se enroló en las filas de O’Higgins. Fue un año convulso para el club de Rancagua, pero Jorquera pudo redimirse en el mes de junio, cuando fue un pilar fundamental para que el combinado chileno sub-23 se proclamase campeón del prestigioso Torneo Internacional Esperanzas de Toulon, batiendo al conjunto anfitrión en la gran final.

SALTO DE CALIDAD CON BORGHI
Tras su buen hacer en tierras francesas, regresó una vez más a Colo Colo, con la diferencia sustancial de que se encontraba con Borghi en el banquillo, un técnico decidido en apostar por el talento del joven centrocampista. Le dio galones y le garantizó regularmente un hueco en el once inicial. Una confianza ciega que algunos atribuían a su parentesco, ya que Cristóbal mantenía una relación sentimental con la hija del entrenador argentino. Nada más lejos de la realidad, la titularidad de Jorquera estaba más que acreditada en sus innatas condiciones técnicas. Ese rumor incluso sirvió para fortalecer mentalmente al talentoso mediapunta, que hizo oídos sordos a las malas lenguas y se echó el equipo a la espalda, firmando memorables actuaciones como su magistral encuentro en La Bombonera, espoleado por enfrentarse a Juan Román Riquelme, uno de sus referentes. Por tanto, el año 2010 fue, sin duda alguna, el de su consolidación. Las comparaciones con Valdivia pronto se hicieron numerosas y, lejos de amedrentarle, le hicieron ganar en jerarquía dentro del equipo. Tras un gran arranque de año en 2011 parecía evidente que la llamada de Europa no tardaría en llegar y el Genoa se adelantó a otros clubes transalpinos y consiguió su fichaje. Los rossoblu apostaron fuerte por él, sin importar que el cupo de extracomunitarios del club genovés ya estuviese al completo. Por ello, si no se consigue nacionalizar a alguno de esos futbolistas, deberá ser cedido a otro equipo hasta solucionar este handicap. Una nueva cesión, algo que no tomará por sorpresa a Jorquera, todo un especialista en superar los obstáculos que el destino va poniendo en su trayectoria deportiva.


Nombre: Diego Rubio
Equipo: Sporting Portugal
Fecha de nacimiento: 15/5/93
Ariete voraz que vive por y para el gol. Pícaro como pocos, se pasa la mayoría del encuentro en la frontera del fuera de juego, buscando obtener hasta la más mínima ventaja en carrera sobre los zagueros rivales. Muy inteligente a la hora de desmarcarse, ve bien los espacios y realiza interesantes movimientos que dificultan la labor al zaguero encargado de su marcaje. Con poca presencia física, aunque es aguerrido y se muestra voluntarioso, carece de fortaleza muscular para fijar a los centrales y aguantar la posesión del cuero de espaldas al marco rival.

Un atacante con un instinto asesino, que exhibe una inusitada sangre fría delante del portero, mostrándose casi letal en el mano a mano. Dinámico, cae a ambas bandas y se muestra generoso en el esfuerzo, ayudando en la presión para dificultar la salida de balón del conjunto contrario. Poseedor de un duro golpeo desde media distancia, remata bien al primer toque pero participa poco en el juego colectivo de su equipo. Oportunista como pocos, pese a su altura es toda una amenaza en los balones aéreos gracias a su potente capacidad de salto.

Nacido en el seno de una familia de futbolistas (su padre Hugo fue un reputado delantero que llegó a la selección chilena en la década de los 80), el gusanillo por el balón no tardó en hacerse patente en el cuerpo del joven Diego e ingresó en las divisiones inferiores de Colo Colo. Allí fue quemando etapas a una velocidad de vértigo, evolucionando desde la demarcación de centrocampista ofensivo hasta la de delantero centro, convirtiéndose en el máximo artillero de la cantera de su club. Sus guarismos en el conjunto juvenil del club chileno provocaron lo que simplemente era cuestión de tiempo, su debut con el primer equipo. Lejos de achicarse por la presión de ser el atacante más joven del plantel profesional, Rubio respondió con goles a la confianza depositada en él por su entrenador. Sin importarle el lugar, daba igual que fuese en Macul, Vila Belmiro o en San Cristóbal. Y es que Diego goleó por todos los rincones de Sudamérica, forjándose un nombre en el continente merced a sus buenas actuaciones en la Copa Libertadores. Su magnífica conexión con Jorquera les condujo a ambos a la selección absoluta de Chile, con la que debutaron en el primer semestre de este año.

APADRINADO POR ZAMORANO
Elegido por la prensa, compañeros de equipo y rivales como el mejor debutante del Torneo Apertura chileno 2011, fue incluido por Borghi en la preselección de futbolistas para disputar la Copa América, lo que suscitó el recelo de ciertos sectores contrarios a Colo Colo que señalaban que el joven atacante había sido llamado por la simpatía que el técnico argentino siente por la entidad de Macul. Sin embargo, la poca experiencia de Rubio provocó que fuese uno de los descartes en la lista final de veintitrés jugadores encargados de defender los intereses nacionales en tierras argentinas. Señalado por Iván Zamorano como “uno de los mejores prospectos para el futuro”, el mítico goleador que, además es su padrino, ha señalado tras el debut de Diego que su ahijado “piensa en grande” y se ve jugando en un grande europeo en el futuro. El joven atacante se mostró encantado de estar cerca de goleadores de la talla de Suazo para aprender de él y en más de una ocasión ha afirmado que no siente ningún tipo de presión por estar apadrinado por Zamorano. Recientemente traspasado al Sporting de Lisboa, deberá trabajar más que nunca por hacerse un hueco en un equipo donde la competencia en la delantera es feroz. Domingos Paciencia ha confiado en él y, al igual que hiciera con el ‘Tolo’ Gallego, Rubio ya le está devolviendo esa confianza con goles, dos en su primer amistoso de pretemporada. La aventura portuguesa no será sencilla pero Diego tratará de disfrutarla a base de goles, un olfato anotador que literalmente lleva en la sangre.


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