martes, 4 de agosto de 2009

MARCO MOTTA


Aunque suene a tópico, Italia siempre ha sido, y sigue siendo, uno de los mayores productores de zagueros en todo el mundo. Una selección que logra proclamarse campeona del mundo y el mismo año consigue que su capitán, un defensa central, gane el Balón de Oro, ejemplifica a la perfección la manera de entender el fútbol que tiene el país. Lo cierto es que en el Calcio siempre se busca más 'fabricar' a defensores antes que a fantasistas, como denominan los propios italianos a los jugadores que ponen el talento sobre el campo. Es evidente que se busca evitar recibir un gol antes que logar el tanto. En este clima de veneración al zaguero, surgen numerosas promesas en la línea defensiva. Una de las más firmes en la actualidad es Marco Motta.

Se trata de un lateral derecho solvente, consciente de que lo primero que debe hacer es defender y después sumarse al ataque, merced a su largo recorrido y buena diestra para asistir. Defensivamente es aguerrido, en ocasiones se emplea con demasiada dureza en sus acciones, pero suele controlar correctamente su temperamento. Es sólido en el uno contra uno, pero no suele esperar a que le encaren, sino que busca el robo mediante la anticipación. Sabe cerrar los espacios, realizando las coberturas al central y domina el juego aéreo gracias a su capacidad de salto. Cuando la ocasión lo requiere, se incorpora al ataque y crea mucho peligro, ya que, además de asistir con precisión, tiene un aceptable disparo desde fuera del área. En conclusión, un lateral completo que puede ofrecer un magnífico rendimiento en un futuro no muy lejano.

Criado en la cantera del Atalanta, junto a otras promesas como Montolivo y Pazzini, debutó con la entidad de Bérgamo en Serie A el mismo año en que los bergamascos perdieron la categoría. Sin embargo, los avispados ojeadores del Udinese se fijaron en él para incorporarle a su plantilla. Marco disfrutaba de oportunidades, pero no gozaba siempre de la titularidad, lo que, en cierta medida, frenaba su progresión. Por ello, fue cedido al Torino, donde adquirió mayor experiencia en la máxima división italiana y mejoró en varios aspectos de su juego. Tras el éxito de su cesión en la región piamontesa, el club de Udine no dudó en repescarle para apuntalar la parcela defensiva. En el Friuli siguió con su magnífica progresión y en menos de tres meses la Roma se lo llevó para reforzar el carril derecho de la zaga.

En la capital italiana, lo de Motta fue llegar y besar el santo. En uno de sus primeros partidos en el banquillo de la Roma, Cicinho se lesionó y abrió las puertas de la titularidad al joven italiano. Desde ese encuentro, se consolidaría en la titularidad y se haría pieza clave en la zaga romana, suscitando incluso el interés de Marcelo Lippi, que le citó para acudir con la selección absoluta, aunque todavía no ha debutado.

Esta llamada del seleccionador absoluto no ha hecho nada más que confirmar una realidad que ya se venía apuntando. Al gran rendimiento del futbolista esta campaña, hay que añadir que era un habitual en todas las categorías inferiores de la selección transalpina. De hecho, era uno de los integrantes de la selección italiana en Pekín y, este verano, ha capitaneado a la selección sub-21 que cayó en semifinales ante Alemania, la posterior campeona del Europeo.

Tras su gran temporada, el Udinese recibió varias ofertas de equipos de la Premier League e incluso la Juventus pujó fuerte por hacerse con sus servicios. Pero el destino del lateral no será ni Turín ni Inglaterra, ya que la Roma se ha hecho con el 100% de su pase, tras pagar una cifra cercana a los cuatro millones de euros. Está claro que Luciano Spalletti tiene una gran opción de futuro para su zaga e incluso Lippi puede encontrar en él al sustituto del vetusto Zambrotta.


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