Lukaku es un delantero dotado de una gran envergadura y una potencia descomunal. Teniendo en un cuenta su talla, es un jugador muy rápido, que se mueve por todo el frente de ataque con la soltura de un atacante bajito y se muestra generoso cuando compañeros suyos están en posiciones propicias para anotar. El dinamismo con el que suele ejecutar sus acciones es lo primero que suele llamar la atención cuando la cámara enfoca a este ariete de potente físico. Con el balón en los pies es muy osado y, aunque también posee una extremada facilidad para asociarse con sus compañeros, es capaz de fabricarse él solo una ocasión de gol, haciendo gala de su espectacular cambio de ritmo para sortear a los defensores. Es más hábil de lo que su corpulencia aparenta y puede desequilibrar también cuando comienza la arrancada. Sabe manejar su cuerpo correctamente y lo aprovecha para aguantar el balón y poder quebrar a su marcador. Su gran talla le predispone para brillar en el juego aéreo, entrando con mucha fuerza desde atrás en las jugadas a balón parado y enviando precisos testarazos que requieren de una trabajada técnica en el remate de cabeza. Por su físico estaría capacitado para fijar a los centrales, pero se siente más cómodo cayendo a las bandas, especialmente a la izquierda, desde donde exhibe su precisión para dar asistencias. Además, posee un fortísimo disparo, que le anima a probar fortuna desde cualquier posición, por inverosímil que parezca. Todos los atributos ya citados unidos a su increíble madurez, hacen de él un diamante en bruto que puede llegar a la élite del fútbol mundial si se sigue empleando con la profesionalidad con la que viene haciéndolo a pesar de sus 16 años.
La vida de este potente ariete belga, de ascendencia congolesa, viene marcada por su padre, Roger Lukaku, también futbolista, quien emigró a Bélgica para firmar por el RFC Seresien. Por ello, Romelu nació en Amberes y, pronto, su padre le transmitió su pasión por el esférico. A los seis años, ingresó en las categorías inferiores del Rupel Boom FC para, un año más tarde, pasar por la cantera del KFC Wintam. Sólo una temporada después, pasó a engrosar la nómina de jugadores de las categorías inferiores del Lierse. Allí, logró una estabilidad y estuvo perforando redes durante seis años, hasta que se mudó a la capital del país para defender los colores del Brusells FC, donde rozó la cifra de los setenta goles. Poco después, el Anderlecht se decidió a incorporarle a su academia de jóvenes talentos, en la cual llegó a marcar 121 goles en 88 partidos. Avalado por esas cifras, Ariel Jacobs, técnico del primer equipo, le dio sus primeros minutos en el desempate por el título ante el Standard de Lieja la pasada campaña. Algunos pensaron que fue un gesto de cara a la galería para ensalzar la cantera de la entidad de Bruselas, pero muchos han rectificado cuando han visto las espectaculares condiciones de este ariete de origen congolés. Tras sus brillantes actuaciones con el primer equipo, la prensa le compara frecuentemente con Emile M'Penza o Didier Drogba y clubes de la talla del Chelsea, Manchester United, Milán o Arsenal ya han querido hacerse con sus servicios, pero tanto el padre de este prometedor atacante como la dirección del club, ya han manifestado que el jugador no está en venta. Habitual en las convocatorias de la selección sub-21 belga, Advocaat le tiene en su lista de futuribles. Es un compendio de virtudes que apunta muy alto en este deporte.
2 comentarios:
le he visto en algun que otro partido y le auguro un gran futuro
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