RUBIN KAZAN

ESCUDADOS EN SU SOLVENCIA DEFENSIVA

La pasada liga rusa, ante el bajón del Zenit y de los equipos moscovitas, estuvo marcada por la regularidad aplastante del Rubin Kazan. Los tártaros nunca ofrecieron gran espectáculo ni un fútbol combinativo, solamente se limitaban a juntar sus líneas y permanecer ordenados, esperando a que se produjera el fallo del rival para matar el partido con la pegada de sus hombres de ataque. As,i se fraguó el primer título liguero en la historia del club. Tras el éxito, la directiva optó por continuar con la tendencia, consiguiendo retener al técnico Berdiyev, el artífice del éxito gracias a su disciplina táctica. La plantilla tampoco ha experimentado una revolución, pero ha incorporado a dos jugadores vitales en el esquema del entrenador turkmeno, el español César Navas para apuntalar la zaga con su poderío en el juego aéreo y el argentino Alejandro Domínguez, quien regresa de su etapa en el Zenit de San Petersburgo para disputar la vitola de líder al veterano capitán Sergei Semak. Con la fama de ser los actuales campeones, el conjunto tártaro ya no puede emplear el sistema de juego por el que se regía la anterior campaña, puesto que ahora son los equipos rivales quienes se encierran atrás buscando alguna fisura en la zaga del Rubin por medio del contragolpe. Ahora, el equipo de Kazan tiene que llevar la iniciativa a lo largo del partido y sufre más para sacar los encuentros adelante, ya que sólo Semak tiene la visión de juego suficiente para mover a todo un equipo. Aún así, en un campeonato como el ruso, en franca progresión pero todavía lejos de las principales ligas de Europa Occidental, las jugadas individuales de Gokdeniz Karadeniz o El 'Chori' Domínguez sirven para dar los tres puntos a su equipo. Tras conseguir un buen colchón de puntos en el primer tramo liguero, el equipo ha experimentado una pequeña crisis de resultados que ha acercado peligrosamente al Spartak de Moscú, muy mejorado tras la llegada de Valeri Karpin, y al Zenit de San Petersburgo. No obstante, la última victoria, reservando a algunos de las principales figuras del equipo, frente al Khimki, farolillo rojo de la clasificación, parece haber calmado los temores que se intuían en los tártaros. Respecto a la Champions League, la historia es bien distinta, ya que tras perder en el primer encuentro ante el Dinamo de Kiev, el rival más asequible para ellos en el grupo, han empatado e incluso mereciendo la victoria ante el Inter de Milán. Tal vez no aprovechar esa inmejorable oportunidad de doblegar al campeón italiano le vaya salir muy caro a los tártaros, ya que ahora afronta un doble enfrentamiento ante el FC Barcelona.

Para contrarrestar el fútbol de los azulgranas, parece que Berdiyev encerrará a sus hombres para reducir los espacios e intentar frenar a las principales estrellas 'culés'. Al margen de las bajas de Sibaya y Bukharov, dos habituales en el once inicial, el religioso técnico del Rubin podrá disponer de una alineación que no difiere mucho de la que suele emplear en el campeonato doméstico. Así, la portería será defendida por el corpulento Ryzhikov, un arquero solvente en el juego aéreo pero bastante lento de movimientos y muy torpe cuando tiene que emplearse con los pies. El flanco derecho de la zaga sería ocupado por el georgiano Salukvadze, un discreto lateral que habitualmente alterna la titularidad con Kaleshin. El eje de la línea defensa es prácticamente inamovible formado por el español César Navas, que aporta su poderío en el juego aéreo y la competitividad de haber disputado partidos en un campeonato de mayor postín que el ruso como es la liga española, y Sharonov, un central de fuerte carácter y con buen sentido de la colocación que se siente cómodo al estar arropado por el resto de sus compañeros a la hora de defender. El carril izquierdo de la zaga será para Ansaldi, un ofensivo lateral argentino que maneja ambas piernas, lo que le posibilita desenvolverse sin problemas en ambas bandas, y que en ocasiones es utilizado como interior para tapar las subidas del lateral de su banda. El perfil atacante del ex jugador de Newell's contrarresta las escasas irrupciones ofensivas por parte de la banda diestra del Rubin.

En el centro del campo, a Kurban Berdiyev le empiezan a surgir las dudas, pero parece claro que, con la baja del ariete búlgaro Bukharov, introducirá un hombre más para reforzar la medular e intentar ahogar al cerebro del conjunto catalán. Semak, por ser el capitán y el hombre del equipo más clarividente, tiene un puesto asegurado en la alineación. Junto a él, podrían estar o Murawski, un centrocampista con llegada, o Ryazantsev, un volante de contención que también puede amoldarse a la banda derecha, aunque parece que dadas las características del choque, éste último tiene más opciones de estar en el campo desde el inicio. Un poco más adelanto que Semak estará el joven Balyaykin, que intentará enlazar el centro del campo con Dominguez y, al mismo tiempo, ayudar a sus compañeros en labores defensivos. La banda izquierda será territorio del ecuatoriano Christian Noboa, un joven centrocampista con un buen nivel técnico y un gran golpeo de balón, que le posibilita no acabar con el casillero de goles vacío al final de cada campaña. El otro costado, aunque moviéndose con mucha libertad, será para Gokdeniz Karadeniz, un talentoso, aunque muy irregular mediocampista, que es uno de los jugadores que mejor se compenetran con Domínguez.

Formando la punta de ataque y adelantando su posición un poco más de lo habitual estará Alejandro Domínguez, el futbolista más desequilibrante del conjunto tártaro. El 'chori', como es conocido popularmente, posee un fantástico manejo del cambio de ritmo, un notable golpeo con ambas piernas y mucha sangre fría en la definición. El ariete argentino, durante su etapa en River Plate, en la que era considerado una de las mayores promesas del club, hizo las maletas rumbo a Rusia para enrolarse en las filas del Rubin Kazan. En el país de Europa del Este no tardó en destacar, llamando la atención del Zenit, club que se hizo con sus servicios tras realizar un desembolso que suponía el traspaso más caro en la historia del campeonato ruso por aquél entonces. En San Petersburgo, eclipsado por Danny y Arshavin, no pudo ofrecer su mejor versión y, a principios de este año, decidió regresar a Kazan, donde las cosas le están yendo bastante bien. El atacante sudamericano lidera una plantilla con muy buen sentido del colectivo pero bastante escasa de nivel y profundidad como para plantar cara en Europa, más teniendo en cuenta la poca suerte que han tenido los tártaros en el sorteo de grupos.