lunes, 21 de febrero de 2011

LUCAS

Por undécima vez en la historia del certamen, Brasil se ha vuelto a coronar rey de Sudamérica en la categoría sub-20. El combinado verdeamarelho acudía a la cita con la vitola de favorito y, desde luego, no defraudó a quienes apostaron por él. Con el santista Neymar designado popularmente como líder, la nómina de jugadores del conjunto carioca contaba con un nivel bastante superior al del resto de combinados participantes en tierras peruanas. Sin embargo, la derrota frente al acérrimo rival Argentina provocó que el último encuentro frente a Uruguay sirviera para decidir el ganador del hexagonal final. Fue precisamente en el duelo decisivo ante los charrúas donde emergió, con permiso de Neymar, el mejor talento del torneo, el paulista Lucas Rodrigues Moura.

Lucas es el penúltimo exponente de la estirpe de futbolistas brasileños que se caracterizan por su excelente manejo del cuero. Técnicamente superlativo, su catálogo de recursos para desbordar y encarar con éxito es casi interminable. Bicicletas, túneles, autopases, eslálones y sombreros hacen que su marcador tenga todas las de perder cuando recibe el balón de cara a puerta. Muy potente en la arrancada, su extraordinario cambio de ritmo provoca que su porcentaje de acierto en el desborde sea muy elevado. Es, además, un centrocampista versátil, capaz de desenvolverse con éxito tanto en la media punta como escorado a cualquiera de las bandas. Jugando por dentro hace valer su clarividencia a la hora de encontrar huecos para dar el último pase y partiendo desde un costado su juego resulta aún más imprevisible, ya que su habilidad para salir por ambos perfiles tras el regate hace que éste sea el preludio bien de un centro preciso, bien de una diagonal que siembra la incertidumbre en el entramado defensivo rival.

Preciso en el desplazamiento de balón tanto en corto como en largo, está capacitado para asistir pero eso no significa que esté exento de olfato goleador, ya que su duro y preciso disparo desde media distancia unido a su sangre fría delante del portero provocan que perfore la meta rival con relativa facilidad. De corta estatura, no tiene gran fortaleza muscular para aguantar los envites del rival y debe mejorar en la dosificación de esfuerzos ya que, en ocasiones, le falta fuelle en los instantes finales del partido cuando el ritmo de éste es alto. Un jugador muy veloz al que su magnífica conducción de balón en carrera, siempre con la cabeza levantada, le convierte en el hombre ideal para portar el cuero en los contragolpes. Con facilidad para asociarse, juega bien al primer toque y se siente a gusto contribuyendo a un fútbol coral, aportando fluidez a la circulación de balón. Sin embargo, su extremada osadía provoca que aflore el individualismo en algunas jugadas, leyendo de manera inapropiada el juego y, por ende, equivocándose en la toma de decisiones. Muy dinámico, se mueve por todo el frente de ataque, convirtiendo la labor de su marcaje en una ardua tarea. Dotado de una gran personalidad, se echa al equipo a la espalda y busca estar siempre en contacto con la pelota, pidiéndole al pie y al espacio. Es capaz de resolver un partido con una de sus jugadas inverosímiles que levantan de sus asientos a los espectadores. Todo un crack en ciernes al que solo un carácter inapropiado o situaciones extradeportivas pueden truncar una exitosa carrera que no ha hecho más que comenzar.

Nacido hace dieciocho años en Sao Paulo, ingresó a muy temprana edad en la Academia del talentoso futbolista Marcelinho Carioca, llegando incluso a tomar el sobrenombre del mediapunta de Río de Janeiro. Tras pasar por las categorías inferiores del Corinthians, decidió cambiar de bando y enrolarse en las filas del Sao Paulo. En la cantera del club del Morumbí rápidamente comenzó a destacar. De hecho, su palmarés en competiciones juveniles es digno de admiración. En 2007 conquistó la Copa Nike, la Copa Brasil y el Campeonato Paulista. Un año más tarde ganó la Copa do Meditarraneo y en 2009 contribuyó a la victoria de su equipo en la Dallas Cup.

No obstante, si hay un año especial en la corta carrera de este precoz talento, ése es el 2010. En primer lugar, se proclamó campeón de la Copa Sao Paulo Futebol Júnior con un papel estelar. Tras este brillante inicio de temporada, el verano le depararía al joven Lucas un acontecimiento aún más importante, el de su debut con la primera plantilla en un encuentro frente al Atlético Paranaense. A partir de ahí, se incorporó a la disciplina profesional del conjunto paulista. Sumó varias actuaciones brillantes e incluso su fulgurante irrupción provocó que estuviese en las quinielas para obtener el galardón de futbolista revelación del Brasileirao 2010, obtenido finalmente por el futbolista del Corinthians Bruno César. Esto solo fue el comienzo de una trayectoria en alza. A comienzos del presente año, fue uno de los elegidos por el técnico Ney Franco para defender a su país en el Sudamericano sub-20 de Perú. Llegó a tierras peruanas con el cartel del socio principal de Neymar y finalizó el certamen respondiendo a las altas expectativas depositadas en él. Rindiendo a un nivel excelente en prácticamente todos los encuentros, brilló con luz propia en el duelo decisivo frente a los uruguayos, anotando un hat-trick y abriendo el marcado con dos goles de bella factura.

Tras su baño de gloria en la cita continental, Lucas ha regresado a la disciplina del Sao Paulo junto a otros compañeros de generación como Casemiro o Willian José para ponerse a las órdenes de su entrenador. Sin apenas tener tiempo para entrenarse, ya ha contribuido con una asistencia a una nueva victoria de su equipo en la Copa de Brasil. Lejos de conformarse, en el último partido ha continuado con su buen momento anotando un gol en el duelo frente al Bragantino en el Paulistao, llevándose una enorme ovación cuando fue sustituido. Equipos de la talla del Inter, Manchester United, Arsenal, Chelsea o Real Madrid ya han apuntado su nombre en las agendas de futuribles. Sin embargo, el precoz talento paulista acaba de renovar su contrato con un considerable aumento en sus emolumentos. Halagado por prensa y compañeros de vestuario, este debe ser el año de su consagración. Su técnico, Paulo César Carpegiani, ya ha declarado que su equipo es “Rogerio Céni, Lucas y nueve más”.

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