martes, 30 de abril de 2013

MATTIA DE SCIGLIO



Ser canterano en un gran club nunca es una labor sencilla. Años de trabajo para demostrar capacidad de rendimiento al más alto nivel para que, a menudo, se vean truncados en la antesala del primer equipo por el poderío económico y las complejas relaciones entre equipos y agentes de futbolistas. Lastrados por su falta de oportunidades, la mayoría de los jóvenes tiene que recurrir a las cesiones con destino a equipos menores que sirvan como trampolines al inicio de sus carreras. Salir a préstamo es la vía más usual para hacerse un hueco a corto plazo pero no siempre es garantía de éxito, como tampoco lo es una sucesión de buenos partidos del integrante del filial que encadena buenas actuaciones durante sus primeros pasos en el plantel profesional.

Encandilar a la prensa y afición sin haber alcanzado la decena de partidos es como si un ciudadano de humildes ingresos compra un boleto de lotería y resulta premiado. Cualquiera desea la situación pero no todo el mundo está preparado para administrar su nuevo e inesperado patrimonio. Es entonces cuando cobra protagonismo la manida afirmación que reza que lo difícil no es llegar sino mantenerse. La ilusión de un canterano es alcanzar la cima de la gran montaña y vestir en la élite unos colores que ha amado desde pequeño, pero sin olvidar conservar la bandera que representa la consumación de su desafío. Vigilar la progresión dentro del terreno de juego y controlar los elogios desmesurados son aspectos clave para no entorpecer la progresión de las estrellas en ciernes. Eso es lo que trabaja el cuerpo técnico y la directiva del Milan, ilusionada con su zaguero más prometedor, Mattia De Sciglio.

De Sciglio es un lateral caracterizado por la versatilidad. Un plus importante de cara a afrontar la intensa carga de partidos a las que se ven sometidas las grandes escuadras europeas. Con capacidad para adaptarse a ambos flancos de la zaga, se muestra sólido en labores defensivas y no renuncia a asomarse con peligro en ataque gracias a su habilidad para enviar servicios peligrosos al corazón del área. Atesora tacto para impactar con el cuero, lo que le confiere precisión en el golpeo, pero debe mejorar su timming de pase para generar ventajas a sus compañeros cuando reparte asistencias. Diestro natural, su proyección ofensiva no se ve mermada cuando actúa por el costado izquierdo, ya que ejecuta rápido el movimiento diagonal para acomodarse a su perfil idóneo y centrar con peligro. Incisivo en sus incorporaciones, el factor sorpresa es su aliado porque tiene más lagunas en la conducción y le cuesta más sumar en ataque posicional.

Astuto para interpretar el curso de la jugada, se muestra anticipativo y eficaz en el robo cuando el rival conduce el cuero por el costado. Un péndulo, que recorre la totalidad de su carril con intensidad y constancia para ofrecer superioridades numéricas a su compañero de banda. Demuestra pundonor y no le asustan los encuentros de pierna dura, haciendo gala de una determinación y vehemencia en la entrada para salir vencedor de muchas disputas en balones divididos. Aunque es más proclive a adelantarse al duelo individual, no rehúsa ser encarado. En el uno contra uno impone sus buenas condiciones físicas, ágil para afrontar el contrapié y potente zancada en progresión. Concentrado para complementarse con sus compañeros de zaga en la mayoría de automatismos defensivos, domina la salida para tirar el fuera de juego y se muestra disciplinado en la basculación pero su endeblez en el juego aéreo le penaliza a la hora de cerrar los centros procedentes del carril contrario. Un lateral con buenas características físicas y rigor táctico que debe adquirir madurez competitiva.

Nacido el 20 de octubre de 1992 en Milán, Mattia De Sciglio tuvo su primer contacto gracias al Santa Chiara e San Francesco di Pontesesto, el equipo del centro social de la iglesia. Criado en Rozzano, municipio a las afueras de la capital lombarda, tras un fugaz paso por el Cimiano fue reclutado por el Milan, que pagó 500 euros por incorporarle a los 10 años. Ingresó en la cantera rossonera con la intención de llegar a la élite del fútbol italiano, soñando con emular la trayectoria de su ídolo Maldini. Defendiendo los colores del equipo de sus amores no tardó en ganarse el beneplácito de los técnicos por su versatilidad, determinación y capacidad para el aprendizaje.

Con la humildad como seña de identidad, De Sciglio fue quemando etapas en la cantera del club lombardo erigiéndose como pilar básico en el entramado defensivo de los diferentes equipos de la estructura formativa. Respetando las categorías por edad pero sin ocultar un grado de madurez que le auguraba un brillante porvenir en su trayectoria profesional. Paso a paso, llegó al conjunto Primavera, antesala de la primera plantilla donde encontró el primer punto de inflexión en su carrera. Fue el líder de la zaga de una generación talentosa que se proclama campeón de la Coppa de la categoría en la que también brillaban Merkel y Simone Verdi. Allegri no pasó desapercibida la jerarquía de De Sciglio y comenzó a citarle con asiduidad para los entrenamientos del primer equipo.

Compartir experiencias diariamente con jugadores de primer nivel constituye un aprendizaje a marchas forzadas para De Sciglio, que absorbe como una esponja los consejos de Zambrotta y vive en primera persona el despegue de Abate, modelo a seguir para el joven Mattia. Destacado por la intensidad y determinación en cada ejercicio, entrena con ilusión como uno más dentro del plantel profesional y juega todos los fines de semana con el conjunto primavera para no frenar su progresión. Su versatilidad y constancia en el rendimiento son recompensadas por los técnicos de la federación italiana, quienes, tras hacerle defender los intereses de la selección sub-19, le reclutan para el combinado sub-20 con el que disputará torneos de relevancia internacional como el Quattro Nazioni.

En una muestra más del correcto sendero por el que se guía su progresión, Allegri le incluyó en el stage estival de 2011 y no tardó en hacerle debutar, ordenando su ingreso en el terreno de juego durante los últimos minutos de un encuentro de la fase de grupos de la Champions League frente al Viktoria Plzen, rival contra el que se estrenaría como titular en el encuentro de vuelta disputado en Praga. No desentona pero el técnico de Livorno entiende que aún no está preparado para gozar de continuidad y no le otorga hasta finales de aquella campaña, cuando le sitúa en el once inicial en el duelo liguero frente al Chievo disputado en abril. Destaca y vive su primer encuentro desde el minuto uno en San Siro apenas un mes después, pero su confirmación en la élite se produce frente al Inter. En el Derby della Madonnina, los problemas físicos de Bonera le obligan a dejar el terreno de juego a los veinte minutos y el joven De Sciglio responde al desafío con un brillante desempeño.

PROGRESO CON LA FIGURA DE MALDINI SIEMPRE PRESENTE
En la presente campaña, ya como miembro oficial de la primera plantilla tras firmar su contrato profesional, está confirmando las buenas sensaciones e incluso ha desatado las comparaciones con su ídolo de infancia. “Desde que era un niño era fan del Milan y seguía a Maldini porque era defensa como yo y capitán del equipo. Pienso que es demasiado pronto para ser comparado con él porque acabo de empezar” reconoce De Sciglio en un ejercicio de sensatez sin ocultar que le encantaría repetir la carrera del legendario defensor milanista. Aconsejado por Nesta antes de que el veterano central emigrase al fútbol estadounidense, desde las primeras jornadas del campeonato liguero, difíciles en los resultados colectivos, ha dado muestras de su consolidación al primer nivel. “Las circunstancias en las que él lo está haciendo bien son más duras que las de mi debut en el Milan” reconoció el segundo técnico Tassotti a finales del mes de septiembre, cuando una grave crisis clasificatoria azotaba al club lombardo.

Los refuerzos en el mercado invernal y una mejora a nivel de juego han desencadenado un notable ascenso durante los primeros meses de 2013 que han provocado un efecto dominó en el rendimiento de De Sciglio. Eficiente para desenvolverse en los dos costados de la zaga, el joven lateral vio recompensada su excelente campaña con la reciente llamada de Prandelli que, tras haberle citado para un encuentro amistoso frente a Inglaterra, le hizo debutar el pasado mes de marzo en el combinado absoluto como titular en el carril izquierdo de la línea defensiva. “Está destinado para la grandeza. Es un extraordinario jugador y alguien como él nace una vez cada 20 años” afirma Pancaro, zaguero del último gran Milan que se coronó campeón de la Champions League en 2005 bajo la dirección de Ancelotti.

Al igual que ocurriese con Davide Santon, el ascenso en el fútbol italiano del joven lateral lombardo está siendo fulgurante. La prometedora y efímera estadía del ahora zaguero del Newcastle en el Giuseppe Meazza fue devorada por el fantasma de Facchetti. Ahora, en casa rossonera, pretenden evitar que la historia se repita con un De Sciglio que recibe numerosas comparaciones con los zagueros más ilustres del club. La escuadra dirigida por Berlusconi vive un momento de reconstrucción motivada por la grave coyuntura económica y para volver a reinar deberán guardar con mimo la progresión de jóvenes como Mattia. Evitar la alta carga de presión ejercida por un pasado glorioso se antoja clave para que los jóvenes talentos contribuyan a reverdecer viejos laureles.


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