martes, 23 de abril de 2013

ANDREAS CORNELIUS

Con capacidad para más de 40 000 espectadores, el Parken Stadion se estableció sobre el territorio en el que se emplazaba el Idraetsparken, forja de los integrantes de una selección danesa que bordó su nombre en letras de oro en los anales de la historia al proclamarse campeón de Europa en el año 1992, cuando sorprendieron a propios y extraños superando a todos sus rivales en Suecia durante un campeonato en el que se ‘colaron’ tras estallar la Guerra de Yugoslavia. Lejos de aquellos días de gloria, el combinado nacional danés lucha en la actualidad para clasificarse a los grandes eventos internacionales aprovechando el calor de una hinchada pasional que lleva en volandas a los suyos cada partido. Feudo compartido del FC Copenhage y la ‘dinamita roja’, el Parken Stadion ya no es sede de enfrentamientos tan épicos como en la década de los noventa pero sigue estando de plena actualidad por albergar las actuaciones de Andreas Cornelius, uno de los talentos nórdicos más vigilados por los conjuntos europeos.

Cornelius es un delantero de gran presencia física, un ariete puro perteneciente a esa estirpe de jugadores que vive por y para el gol. Potente en carrera larga, atesora una buena estructura física y sabe utilizarla tanto para el beneficio individual como para el aprovechamiento colectivo. A pesar de su envergadura, es un atacante dinámico que exprime su extensa zancada aunque aún debe mostrarse más incisivo para atacar los espacios y castigar la espalda de los centrales. Zurdo de correcto manejo de su pierna diestra, posee un buen golpeo desde media distancia que no duda en emplear siempre que su marcador se lo permite. Un disparo duro y sin adornos, en el que prima la vehemencia sobre la colocación, características que influyen irregularmente en las posibilidades de éxito de la definición. Cual goleador de raza, sus movimientos parece agilizarse en la zona donde todo se decide, dentro del área rival, donde demuestra eficacia y perspicacia a partes iguales para liberarse de la marca del zaguero.

Siempre tiene la portería entre ceja y ceja. Sin embargo, su falta de experiencia aún le juega malas pasadas en la definición y necesita ampliar su variedad de registros en la finalización de las jugadas. Representa un desahogo para el juego de su equipo a través de balones largos pero se encuentra con mayores dificultades para dar continuidad a las jugadas lejos del área rival. Lejos de la excelsitud en los controles, su corpulencia le penaliza en el momento de preparar en golpeo y en ocasiones ralentiza la fluidez de la circulación en la zona de tres cuartos. Es por ello que está lejos de la autarquía y le cuesta generar sensación de peligro cuando no cuenta con socios cerca de su posición. Es en el juego aéreo donde exprime con mayor eficacia su potencial físico. Alto y resistente al contacto, su potencia en el salto y su técnica de impacto en el testarazo le convierten en un bastión para cargar el remate cuando sus compañeros envían el balón al área. Posee ese intangible tan preciado que es el olfato goleador.

Nacido en la capital danesa el 16 de marzo de 1993, Andreas Cornelius inició su aventura en el mundo de fútbol de la mano del modesto BK Hekla, club donde adquirió sus primeras enseñanzas y le sirvió como trampolín para llegar al FC Copenhage, uno de los conjuntos más laureados del país nórdico. Fue escalando peldaños en las categorías inferiores de los leones dando muestras de su potencial goleador y dejando destellos de su brillante porvenir. Referente ofensivo de su generación en el sector juvenil del club capitalino, los técnicos de la federación danesa no pasaron desapercibida su progresión y le fueron incluyendo en los distintos combinados nacionales.

Su evolución siempre fue resaltada por los técnicos formadores de la escuadra del Parken, pero había un pequeño obstáculo que entorpecía su ascenso al plantel profesional. Era un compañero de club, Kenneth Zohore, el que ‘torpedeaba’ su camino hacia la élite del fútbol nórdico. El ariete de origen africano, debutante más joven en la Superliga danesa, eclipsaba la progresión de Cornelius y monopolizaba los focos mediáticos en torno a los canteranos del conjunto de la capital. En el mercado invernal de la pasada campaña hizo las maletas rumbo a Florencia y dejó un vacío en la delantera que pronto sería rellenado con otro de los productos más ilusionantes de las categorías inferiores del club.

Andreas Cornelius aprovechó la vacante dejada por Zohore para firmar su contrato como profesional y realizó su debut en el mes de abril de 2012. Fue introducido de manera progresiva en la primera plantilla hasta hacerse un hueco en las alineaciones. Una vez asentado en la titularidad, comenzó a mostrar la confianza en si mismo derivada de su fuerte personalidad y todo su arsenal ofensivo. Casi una veintena de goles en su primera temporada en la élite que fueron insuficientes para cosechar el título liguero pero que le empezaron a granjear una fama en el concierto futbolístico europeo.

Tras un fugaz paso por la selección sub-21, ya se ha estrenado como goleador en el combinado nacional absoluto. Wenger, mentor de Nicklas Bendtner, quiere repetir la operación con él. Un anhelo de conseguir sus servicios que también comparten Stoke City y Chelsea entre otros clubes. Sin embargo, mientras los equipos ingleses inician una carrera por lograr su contratación, desde Copenhage aseguran no estar dispuestos a vender a su joven perla. Si el precoz ariete continúa a este ritmo goleador, el poderío económico y el mayor prestigio del campeonato inglés le arrastrarán más temprano que tarde a las islas británicas.


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