lunes, 22 de julio de 2013

MUNDIAL SUB-20 2013 (ONCE DE PLATA)

Fue un mundial más competitivo que atractivo, decidido por una batalla final caracterizada por el rigor táctico que solamente pudo encontrar vencedor desde los once metros. El Mundial sub-20, vivero inagotable de talentos, deparó como siempre muchas sorpresas. La épica ligada a la aventura iraquí, la frenética vocación ofensiva de los ghaneses o la madurez táctica de los uruguayos, que tras dejar en la cuneta a una de las grandes favoritas, sucumbió en una dolorosa tanda de penaltis ante una Francia sustentada en las intervenciones de su guardameta Areola. Los galos aderezaron su extraordinario poderío físico con dosis de talento individual y confirmaron su vitola de favorita alzando un trofeo que nunca había conquistado. No fue la edición más brillante pero, como siempre, ha permitido vislumbrar grandes nombres para el futuro.

Bonilla (1993, Colombia)
Solamente la frialdad de Areola en la final impide que sea catalogado como mejor portero de una competición que disputaba por segunda vez. Incluso anotó un penalti en la decisiva tanda ante los surcoreanos que dejó a su país en la cuneta. Guardameta de gran presencia física no exento de agilidad y personalidad. Siempre concentrado y en tensión, es elástico y potente en el impulso para llegar a palos. Extraordinario en la reacción amparándose en sus excelentes reflejos, es difícil de batir en el mano a mano por su determinación reduciendo ángulo de disparo al atacante. Demuestra jerarquía para liderar a su línea de zagueros.

Varela (1993, Uruguay)
En Turquía confirmó las aptitudes que convencieron a Ferguson para acometer su fichaje por el Manchester United. Lateral equilibrado, de excelente rendimiento tanto en la faceta ofensiva como en la defensiva. Difícil de superar en el uno contra uno, es pegajoso en la marca y maduro para interpretar la acción a ejecutar. Incansable, agobia al extremo por su insistencia y sus pocas concesiones. Potente en la zancada, selecciona bien sus subidas y se incorpora con criterio al ataque sacando provecho de las superioridades con su compañero de banda. Su lectura de tiempos en el repliegue le permite brillar en la defensa zonal. Una joya a pulir.

Giménez (1995, Uruguay)
El benjamín del conjunto uruguayo fue uno de las grandes revelaciones pese a su bisoñez. Central con gran capacidad para anticiparse a los movimientos del delantero escudándose en sus buenas condiciones físicas. Robusto, muy aguerrido en la marca individual, se mueve con soltura cuando sale de su radio de acción habitual. Impulsivo, demuestra eficacia en el tackle, aunque en ocasiones abuse de él. Contundente al cruce, se impone con facilidad en balones aéreos frontales y no sufre excesivamente con espacio a su espalda. Culminó su gran campeonato con una buena actuación ubicado en el costado diestro de la zaga en la final.

Ali Faez (1994, Iraq)
Una de las piezas claves dentro de la sorprendente selección iraquí. Lejos del carácter volcánico de su compañero Ali Adnan, es uno de los líderes de la zaga desde la serenidad. Por momentos impertérrito, es un central poseedor de un buen nivel técnico que le permite iniciar la jugada con criterio, batiendo sin dificultades la primera línea de presión rival. Solvente en los cruces, su dosificación de esfuerzos garantiza la regularidad a lo largo del encuentro. Sufre con envíos largos a su espalda y ante delanteros que atacan bien el espacio por sus carencias de velocidad en carrera. Poseedor de un gran golpeo, ejecuta con peligro libres directos lejanos.

Digne (1993, Francia)
Lateral de largo recorrido que representa una bocanada de aire fresco para su equipo. El costado izquierdo es su guarida, el escenario elegido para mostrar todo su potencial atlético y asestar zarpazos a quienes tienen la misión de abortar sus peligrosas irrupciones ofensivas. Potente zancada y notable progresión en carrera son sus mejores armas para recorrer de forma incansable un costado del que se adueña sin complejos a pesar de su bisoñez. Su gran virtud reside en el factor sorpresa, aprovechando su potencia para irrumpir desde campo propio. Por pulir en lo táctico, es difícil de contrarrestar por su gran golpeo en carrera.

Cristóforo (1993, Uruguay)
De menos a más en el torneo, acabó erigiéndose en el jefe de operaciones de la sala de máquinas uruguaya. Trabajador silencioso, es preciso en la entrega, no es un dechado de profundidad en el pase pero desahoga el inicio de la jugada. Poseedor de un buen desplazamiento largo, se asoma poco al ataque pero demuestra un golpeo académico desde media y larga distancia. Disciplinado en su posicionamiento dentro del terreno de juego, demuestra buena lectura defensiva y ofensiva. Intenso en balones divididos, barre el caudal ofensivo rival y organiza con coherencia a través de pases sencillos pero pragmáticos.

Aboagye (1995, Ghana)
Comenzó el torneo como suplente, pero terminó convirtiéndose en la auténtica brújula de la selección ghanesa. Talentoso e imaginativo, comanda los ataques de su equipo por su perfil creativo y precisión en la entrega. Rápido de piernas e inteligente en la orientación de sus controles, aunque es un buen conductor de juego genera más peligro cerca del área rival por su facilidad para hallar huecos en situaciones en las que otros solamente los intuyen. Aún intermitente a lo largo del encuentro, es liviano y le perjudica la pugna física. Dinámico para ofrecer líneas de pase, maneja con brillantez todas las superficies de contacto.

Thauvin (1993, Francia)
Salvador de su país en la dura semifinal contra Ghana, a lo largo de la competición fue una daga que agitó la frecuentemente poco fluida circulación francesa. Atacante zurdo con una innata capacidad para el desborde. Rápido y habilidoso en la conducción, elimina rivales gracias a su destreza en el regate y combina con acierto tirando paredes a alta velocidad. Incisivo y constante a la hora de encarar a su par, es un generador continuo de ocasiones de gol pero debe mejorar su precisión en la finalización de jugadas. Domina la pausa y el cambio de ritmo, rinde a gran nivel en ambos costados y demuestra tacto en la asistencia.

Derlis González (1993, Paraguay)
El elemento diferencial dentro de un aguerrido combinado paraguayo que tiene muy arraigado el gen batallador. Segundo punta bullicioso y osado, némesis de centrales corpulentos por su constancia y velocidad en el desafío individual. Eléctrico y móvil, aprovecha su descaro en el regate para generar dudas en el entramado defensivo rival desde el costado.  Incisivo para atacar los espacios, saca muchos réditos al contragolpe y demuestra criterio a la hora de finalizar las jugadas. Vertiginoso en la conducción, debe seleccionar mejor los momentos de pausa para no perjudicar al colectivo. Su picardía le garantiza buenos registros goleadores.

Acheampong (1993, Ghana)
Una de las claves del gran torneo realizado por la ofensiva selección ghanesa. Verticalidad a raudales, un auténtico vendaval por el costado izquierdo que no cesa en sus maniobras de desborde. Devastador en la arrancada, obliga a su marcador a un gran despliegue físico por su capacidad para intentar sin descanso el uno contra uno. Incisivo atacando los espacios, gana la línea de fondo con una facilidad abrumadora pero aún peca de precipitación para que sus asistencias encuentren destinatario. Punzante en las diagonales, aunque acostumbra a ofrece una salida exterior también habilita espacios para las subidas de su compañero de banda.

Castillo (1993, Chile)
Mezcla la corpulencia de un ariete clásico con la interpretación del juego de un segundo punta de nueva generación. Excelentemente formado en el apartado físico, su contundencia en el remate no ensombrece su desempeño fuera del área de castigo. Inteligente para atacar los espacios libres, su potente zancada le capacita para ofrecer rupturas cortas difíciles de defender para centrales espigados. Desahoga a su equipo ganando los duelos aéreos, cae a bandas, saca provecho de sus controles para no obstaculizar el ritmo del ataque colectivo y su amplia variedad en la finalización de las jugadas le permite sorprender a los guardametas.

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