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“Tiene un auténtico motor y es
voluntarioso en el esfuerzo, pero debe ser más eficiente y aprender a
dosificarse para darse cuenta de que no siempre tiene que correr”, expone
exigente Andre Schubert, técnico del Borussia Mönchengladbach, sobre su pupilo
Mahmoud Dahoud, el centrocampista con el segundo promedio más alto de distancia
recorrida por partido antes del parón invernal en la Bundesliga. El entrenador
de los ‘potros’, que ha otorgado al joven mediocentro toda su confianza desde
su llegada al banquillo del primer equipo, destapa en declaraciones a Kicker el potencial físico de una de las
sorpresas agradables de la presente edición de la Bundesliga, a quien se le
atisba el talento con la pelota desde su primer contacto con ella.
Schubert, que ya había dirigido a
Dahoud en las categorías inferiores del club, reconoce que uno de los
futbolistas que más ilusionan en el Borussia Park “es capaz de correr doce o
trece kilómetros y medio por partido”, pero todavía no explota de manera
adecuada esa capacidad aeróbica. “Eso llegará con la experiencia, sus
compañeros de equipo también le guiarán”, puntualiza consciente de que es la
primera temporada que inicia en la élite del fútbol germano. Una bisoñez que no
ha sido óbice para que haya dejado impronta en su desembarco en el máximo
nivel, con personalidad para irrumpir en la medular y contribuir a liderar el
despegue clasificatorio de un equipo que había iniciado el campeonato liguero
con pleno de derrotas en las cinco primeras jornadas.
Ese decepcionante comienzo de
campaña en Renania del Norte fue demasiada losa para Lucien Favre, que fue
destituido tras una derrota en Colonia que había supuesto el estreno en la
titularidad de un Dahoud al que empezaba a hacer hueco como acompañante de
Granit Xhaka en el doble pivote. Tras la marcha de Kramer al Bayer Leverkusen
se abría una vacante en la sala de máquinas del conjunto del Mönchengladbach
que el club no reemplazó en el mercado de traspasos. La solución para la
parcela central estaba en casa, ya que parecía el momento idóneo para que diese
el salto uno de los mejores talentos forjados en la cantera del club, en la
órbita del técnico suizo desde 2013.
El verano de ese año fue cuando
el preparador helvético comenzó a mostrar su fe en él. Le ofreció sus primeros
minutos con el plantel profesional a los 17 años en la Audi Cup, como premio a
su buen desempeño en los entrenamientos de pretemporada. “Juega de forma inteligente.
Es genial que podamos tener a un niño así formado en la cantera”, declaraba
entonces a Bild Favre, satisfecho de
su rendimiento. Eran las primeras pinceladas de talento de un centrocampista
que engarza las características modernas con las tradicionales del país germano
en esa demarcación.
‘Mo’, como le denominan
afectuosamente sus compañeros y su cuerpo técnico, aúna la sutileza en el
manejo de balón que acompaña a la última generación de futbolistas surgida en
territorio teutón con ese gusto por buscar la portería rival a través de media
distancia que ha proliferado a lo largo de la historia de la Bundesliga. Clarividente
para filtrar pases sin dificultades y aportar profundidad a los ataques de su
equipo, enseña su buen disparo lejano con frecuencia gracias a su dinamismo
para aparecer tanto en la base de las jugadas como en la zona de tres cuartos
de campo.
Otro diamante fruto de la inmigración
Nacido el primer día de 1996 en
la ciudad siria de Amuda, Mahmoud Dahoud no vivió en su país natal ni un año,
pues sus padres lo abandonaron para mudarse a Alemania en busca de un futuro
más próspero. Asentado en el país germano desde la cuna, ‘Mo’empezó a darle
patadas a un balón en Langenfeld, con la camiseta del modesto SC Germania
Reusrath, en los suburbios de Düsseldorf como otros muchos hijos de inmigrantes
de los que ahora se nutre la federación alemana en sus categorías inferiores.
Su primera toma de contacto con el club le sirvió como puente para llegar a la
entidad deportiva más grande de la capital de Renania del Norte-Westfalia, el
Fortuna.
Diferencial por su talento, el
Borussia Mönchengladbach llamó a su puerta a los 14 años y rápidamente se
convirtió en uno de los mayores valores emergentes del sector formativo de la
entidad. Sus apoyos, agilidad en el giro para recibir y ofrecer una solución a
sus compañeros le permitía ejercitarse sin haber alcanzado la primera plantilla
con una primera plantilla que tenía a Marco Reus como estandarte. Su progresión
se regía por los cauces adecuados, solamente alterada de forma ligera por una
intervención quirúrgica en su tobillo, y su estreno en un encuentro oficial a
las órdenes de Lucien Favre se produjo a finales del mes de agosto en la ronda
previa de Europa League, en la última media hora de la goleada de su equipo
ante el FK Sarajevo.
Disfrutó de veinte minutos más en
el duelo de competición europea frente al Apollón Limassol y una aparición
testimonial durante la victoria en el tramo final del pasado campeonato liguero
sobre el Borussia Dortmund, pero la progresión de Dahoud se medía con el
segundo equipo de los ‘potros’, con los galones de líder que disfrutaba a las
órdenes de Schubert. Ahí imponía su capacidad para influir en los partidos, con
protagonismo en el inicio de las maniobras ofensivas y ambición para
descolgarse hasta el balcón del área rival. Muy preciso en el pase corto sin
apagar su creatividad innata, está exhibiendo en su reencuentro con Schubert,
pero ahora en el Borussia Park, esa habilidad para hilvanar el juego del
equipo.
Internacional con la selección
alemana sub 20 en cuatro ocasiones, comienza a trasladar todo lo apuntado en
categorías formativas a la élite del fútbol tanto nacional como continental. La
fulgurante irrupción de Dahoud, reflejada en su distinción como mejor jugador
del club en el pasado mes de septiembre, se extendió hasta la Liga de
Campeones, en las que completó acertadas actuaciones frente a pesos pesados a
nivel continental como la Juventus y el Manchester City. Aún tiene trabajo por
delante para progresar en la dosificación de esfuerzos y el timming para no incurrir en falta a la
hora de cortocircuitar el funcionamiento ofensivo rival, pero ya muestra
interesantes maniobras a nivel disciplina táctica que le permiten recuperar
balones en las cercanías de su área.
Enérgico, no rehúye la disputa
aunque la fortaleza muscular no constituya uno de sus puntos destacados y
comienza a ser uno de los grandes protagonistas de su equipo semana tras
semana. Con contrato hasta 2018, rotativos alemanes e ingleses especulan con la
posibilidad de que Guardiola le reclute en su desembarco en el Manchester City
pese a que apenas supera el millar de minutos disputados en la Bundesliga y la
prensa italiana refleja la grata impresión que causó en la directiva de la
Juventus en su encuentro continental. Muestras que refrendan su acertado
desembarco en la primera plantilla, pero que no sacian la ambición del joven
jugador.
“No voy a levantar el pie del
acelerador y pensar que ahora ya soy un habitual titular”, expresa consciente
de que no todos son días de vino y rosas en la élite. “Me preparo con la mentalidad
de que las cosas pueden llegar a ser más duras y, si eso ocurre, pelearé por
superar esos malos momentos”, explicó recientemente a la web de la Bundesliga. Por
el momento, esos pasos inciertos no han llegado y ejerce de brújula en un
equipo que acostumbra a dañar a sus adversarios con rápidas transiciones
gracias a la capacidad para desplegarse con la velocidad de sus hombres de
ataque. Una celeridad en el juego que potencian pases como los que aporta
Dahoud, el mejor herrero para permitir un galope de los ‘potros’ en condiciones
óptimas.
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