domingo, 28 de julio de 2019

EUROPEO SUB 21 ITALIA 2019 (DEFENSAS)

Gianluca Mancini (Zimbio)

En Udine, una ciudad habituada a dar cobijo a jóvenes jugadores de un amplio abanico de países por el modelo de gestión de la familia Pozzo, España conquistó su quinto título de campeona de Europa sub 21. La selección dirigida por Luis de la Fuente igualó en el palmarés a Italia, que le derrotó en la jornada inaugural para empujarle a una encrucijada de la que salió de forma brillante. El conjunto dirigido por Luigi di Biagio, que presentó su dimisión tras la prematura eliminación, acusó su falta de puntería para descerrajar a Polonia y conservar el liderato del grupo para acceder a semifinales, con el premio añadido del billete para los Juegos Olímpicos del próximo año en Tokio.

Obtuvo ese pasaporte a Japón Rumanía, lanzada por un ritmo de juego altísimo aderezado con facilidad goleadora para refrendar en tierras transalpinas que Cosmin Contra tiene a su disposición a una buena hornada para acelerar el relevo generacional. Francia, que mostró más talento individual y exuberancia física que ensamblaje de sus piezas y capacidad agonística, capituló de forma contundente en la batalla por una plaza en la final. En el duelo definitivo, Alemania no pudo revalidar el título de campeón en un torneo que supuso una vía de escape para varios talentos que en la última temporada habían visto silenciada su progresión tras una atronadora irrupción y fue aciago para las dos selecciones balcánicas presentes en él.



Manea (Apollon Limassol-Rumanía, 1997)
Frente al ímpetu ofensivo de Stefan en el costado zurdo, Manea fue contrapunto y ejerció como una de las anclas para que no se desequilibrase la vertical selección rumana. Lateral derecho de buena zancada, lució un alto grado de acierto en el tackle para frenar al extremo de su banda y solo se vio en apuros para defender las diagonales de Amiri en el duelo de semifinales. Sin la explosividad de algunos especialistas de banda, sabe resistir el desafío individual de su marcado en carrera y se mantiene alerta en las vigilancias sin balón para que no se generen espacios entre él y el central de su perfil. Sin alardes en campo contrario, no le quema el balón en los pies para ofrecer una salida exterior en el inicio de la maniobra ofensiva.
Bielik (Charlton Athletic/Arsenal-Polonia, 1998)
Bastión de la combativa selección polaca, diluida a medida que avanzaba la competición, alternó en Italia el rol de central con el de centrocampista, al igual que ha hecho en los primeros años de su trayectoria profesional. Peligroso en las acciones ofensivas a balón parado por su olfato para finalizar las jugadas, muestra jerarquía y potencia para sacar el balón desde atrás en conducción, lo que supone un arma de doble filo cuando abusa de ello y concede una pérdida en zonas comprometidas. Su corpulencia le resta agilidad en el giro y explosividad para iniciar la arrancada en espacios cortos, pero le otorga solvencia para imponerse sin grandes esfuerzos en los envíos aéreos frontales.
Mancini (Roma-Italia, 1996)
Justificó la vitola de líder de la zaga que le otorgaba su condición de internacional absoluto. Central con muchos rasgos clásicos, temperamental, con facilidad para ganar las disputas aéreas e intuición en el área rival para obtener réditos de las acciones a balón parado. Más tímido a la hora de batir líneas de presión en el inicio de la jugada respecto a su desempeño como atalantino, con el clásico ‘23’ de Materazzi tatuado por una idolatría al exdefensor del Inter derivada de su carisma y su garra, el central pulido en la cantera de la Fiorentina y moldeado por Gasperini necesita pulir algunos errores muy ligados a la concentración y al ímpetu de sus entradas.
Henrichs (Mónaco-Alemania, 1996)
Lateral de largo recorrido y buen nivel técnico cimentado en su formación como mediocentro, la demarcación en la que desarrolló su escalada hacia el fútbol profesional. Con capacidad para asociarse e interpretar bien el juego en campo contrario, rápido para solventar situaciones de desventaja en carrera, su gran manejo de balón con ambas piernas permite progresar a su equipo con facilidad en el inicio de la jugada cuando el rival apuesta por una presión alta. Versátil para adaptarse a los dos costados de la retaguardia, peca de precipitación cuando el extremo rival sabe aguardar con pausa a su lateral para generar superioridades, pero a la inversa detecta la forma para generar peligro y se asoma con facilidad a la línea de fondo.
Unai Núñez (Athletic-España, 1996) fue de menos a más y terminó desempeñando un papel destacado en el título de España. Pegajoso en el marcaje e impetuoso para ganar las disputas aunque en ocasiones deba regular su intensidad, salió airoso frente a delanteros con más potencia que él en la carrera y defendió bien su área. Ambas virtudes las exhibió Nedelcearu (Ural-Rumanía, 1996), que demostró capacidad de anticipación, aunque su exceso de ímpetu le empujó a cometer algunos errores a la hora de medir el pase en los balones divididos.
Su socio en el eje de la zaga, Pascanu (Leicester-Rumanía, 1998), que demostró habilidad para defender situaciones de inferioridad y agilidad para impedir que los delanteros armasen el remate en posiciones limpias. Ibra Konaté (RB Leipzig-Francia, 1999) lució su jerarquía y su facilidad para salir vencedor en las disputas aéreas, aunque también algún exceso de confianza y errores en el pase que debe pulir para sacar todavía más provecho de su imponente armazón físico. Su compañero de selección y de equipo Upamecano (RB Leipizig-Francia-1998) combinó su facilidad para dividir al rival en el inicio de la jugada gracias a su conducción con algún error de bulto derivado de sus desconexiones. Aunque a veces su serenidad es un arma de doble filo, es rocoso en el cuerpo a cuerpo y sabe reducirle las opciones a su marcado dentro del área.
Con mayor brillo tras el cambio a la defensa de tres centrales, Rasmussen (Fiorentina-Dinamarca, 1997) plasmó su precisión en el pase largo y su sosiego en el inicio de la jugada, aunque también evidenció dificultades cuando los atacantes filtran balones a su espalda o sus marcadores le retan en carrera a campo abierto. El central realizó con acierto las coberturas al carrilero Maehle (Gent-Dinamarca, 1997), que seleccionó con mucho acierto sus incorporaciones al ataque y dobló al extremo de su banda por zonas interiores generando desequilibrios y situaciones de gol que supo resolver, definiendo con sutileza dentro del área. Otro lateral de largo recorrido, Junior (Betis-España, 1996) sacó rédito de su potencia en carrera y facilidad para repetir esfuerzos, aunque necesita un punto de calma para exprimir mejor su caudal ofensivo y adquirir más automatismos defensivos, fruto de su breve formación como zaguero tras desarrollar su camino hacia el fútbol profesional en posiciones más ofensivas.

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