A nadie se le escapa que el nivel de las selecciones africanas ha experimentado un claro ascenso en estos últimos años. En este aumento de nivel tienen un papel muy importante los futbolistas que llegan para jugar en las ligas europeas. El campeonato que, tradicionalmente, acoge a un mayor número de futbolistas africanos es la liga francesa. Pero, en estos últimos años, otra competición ha puesto sus ojos en el continente africano. Esa competición no es otra que la Bundesliga germana. Los alemanes, por su fútbol físico, contratan a gran cantidad de jugadores de raza negra. El equipo de la Bundesliga que se lleva la palma en la contratación de futbolistas de este perfil es el Hamburgo. Su plantilla es toda una torre de babel, ya que cuenta en sus filas con namibios, ghaneses, burkineses, nigerianos, de ascendencia tunecina e incluso nacidos en Surinam. Entre todos los jugadores africanos del club hanseático, destaca el extremo Jonathan Pitroipa.
Se trata de un extremo muy veloz, incisivo, vertical y dotado de una extraordinaria capacidad para ganarle la espalda a la zaga rival. No posee una gran variedad de registros técnicos pero es un jugador muy desequilibrante por su rapidez. Es un futbolista versátil, ya que puede jugar por ambas bandas al manejar correctamente ambas piernas. Fruto de su dominio del balón con los dos pies, tiene salida por ambos lados tras el regate, lo que le convierte en un jugador muy difícil de defender. Puede definir con frialdad delante del portero, pero más que un goleador es un buen pasador. Tras superar a su marcador, suele centrar con precisión, pero, en ocasiones, se precipita a la hora de enviar el pase a sus compañeros. Se adapta a cualquier situación de juego, pero muestra su mejor versión cuando su equipo juega al contragolpe, por su potencia cuando arranca con campo por delante.
Empezó su carrera en el Planete Champion, club de su país natal, pero pronto firmó por el Friburgo, que por aquel entonces estaba en la segunda división del fútbol alemán. Sus comienzos no fueron fáciles, ya que le costó adaptarse al fútbol europeo, pero pronto comenzó a destacar en su club y, como consecuencia de ello, recibió la llamada de su selección. A partir de su internacionalidad, se convirtió en la piedra angular de su equipo y, tras dos años rayando a un gran nivel, llamó la atención del Hamburgo. Llegó a la ciudad norteña junto a Aogo, su compañero de equipo en el Friburgo, para poder disputar competiciones europeas. Por la competencia en su posición le costó entrar en el equipo, pero Martin Jol le hizo un hueco como extremo izquierdo en el once inicial y fue una de las claves para que el club hanseático alcanzara las semifinales en la copa de la UEFA. En esta campaña que comienza, Bruno Labbadia, su nuevo entrenador, le ha dado la titularidad también en el flanco izquierdo, por delante de hombres como Elia o Ben-Hatira, y Jonathan devolvió la confianza a su técnico transformando el único tanto de su equipo en el empate en el feudo de su ex-equipo, el Friburgo. Es la estrella de Burkina Faso y, con su buena conexión con el goleador Dagano, mantiene viva la ilusión de conseguir la clasificación con su selección para el Mundial de Sudáfrica. Si lo logra, Pitroipa estaría haciendo historia, ya que su país nunca ha tenido la oportunidad de jugar en la máxima competición mundial a nivel de selecciones.
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