Por primera vez en la historia del fútbol, un combinado africano ha ganado el Mundial sub-20. El pasado Viernes, tras derrotar en la tanda de penaltis a los brasileños, Ghana saboreó la gloria. La conquista es un gran logro para el continente africano, pero es especialmente importante para la federación ghanesa de fútbol. Ya clasificados para la cita mundialista en Sudáfrica, la selección absoluta de Ghana tiene una sólida columna vertebral que les ha posibilitado hacer un buen papel en el Mundial de Alemania en 2006 y en la pasada edición de la Copa de África. No obstante, bisoños jugadores como Inkoom o Agmeyang-Badu, presentes en Egipto con la sub-20, ya han participado en la fase de clasificación a las órdenes de Milovan Rajevac. Tras el buen funcionamiento de los pupilos de Sellas Tetteh en tierras de los faraones, no es extraño que se produzcan modificaciones en la lista de convocados para el Mundial del año próximo. Antes de comenzar la histórica cita, dentro del combinado ghanés, jugadores como Ayew, Mensah, Quansah o Osei, que venía de realizar un magnífico campeonato sub-20 en el continente africano , acaparaban la atención de los ojeadores presentes en Egipto. Sin embargo, iba a ser otro compañero suyo el protagonista de todos los focos. Llegó al torneo sin levantar interés mediático, prácticamente como mero acompañante en la vanguardia junto a Ransford Osei, pero se fue de ella con el título de mejor jugador y máximo goleador bajo el brazo. Ese joven, que dejó a todos boquiabiertos a base de goles decisivos, no es otro que Dominic Adiyiah.
Adiyiah es un delantero incisivo, de gran potencia física y extraordinario instinto depredador. Un atacante capaz de fabricarse un gol él mismo, sacando una ocasión de peligro prácticamente de la nada. Muy rápido sin el balón y también con él, sus cabalgadas con el balón en los pies, cargadas de potencia, van acompañadas de un correcto manejo del esférico. Un chico con personalidad, que no se achica ante las dificultades y que, cuando no entra en contacto con el balón cerca del marco rival, baja a recibir al centro del campo para ejercer de puente entre la medular y los delanteros. No es un delantero de referencia, sino que le gusta moverse por todo el frente de ataque, dejándose caer por ambas bandas para dificultar su marca a los zagueros y, al mismo tiempo, otorgar espacios a su compañero en la vanguardia. Inteligente, a su buena velocidad añade muy buenos desmarques moviéndose a la espalda de la zaga. Pero, sin duda alguna, su atributo más destacado es el fortísimo golpeo con su pierna derecha, en la que tiene un cañón que le capacita para probar fortuna desde larga distancia. Un duro golpeo que se vuelve suave y preciso cuando se encuentra sólo delante del portero, exhibiendo una gran frialdad. Además, también está capacitado para disparar con su pierna izquierda cuando la ocasión así lo requiera. Posee unas magníficas condiciones, pero todavía debe ganar en experiencia y madurez para pulir sus defectos. No tiene una gran envergadura, de hecho apenas supera el metro setenta, por ello suele pasar desapercibido en las faltas laterales y en los saques de esquina, pero también es capaz de hacer goles con la testa, gracias a su potencia de salto.
La carrera del portentoso ariete ghanés comienza a tomar forma en la Academia del Feyenoord con sede en Accra. La entidad de Rotterdam tiene una escuela en la capital ghanesa que le permite captar a varios de los mayores talentos del país y Adiyiah no desaprovechó la oportunidad, anotando goles con asiduidad para llamar la atención de los dirigentes holandeses. Por ello, no sorprende que fuera citado por los técnicos de la federación de su país para integrar las categorías inferiores de la selección ghanesa. Sus buenas actuaciones con los Black Satellites, como se denomina a los escalafones inferiores del combinado nacional ghanés, estaban acompañadas de un buen juego en el Heart of Lions, equipo con el que debutó en la Primera División de su país.
Últimamente, los campeonatos escandinavos están poniendo sus ojos en las jóvenes promesas del continente africano. Algo así es lo que le ocurrió a Adiyiah, quien por medio de un agente de futbolistas fue traspasado al modesto Fredrikstad. En Noruega, el bisoño ariete no acabó de adaptarse, acusando el desconocimiento del idioma, el radical cambio de cultura y, sobre todo, de clima. Era suplente habitual y no se sentía cómodo en su nuevo país.
Todo cambió cuando, a finales de Septiembre, hizo las maletas para irse a disputar el Mundial sub-20 a Egipto. En tierras africanas, pronto empezó a exhibir una gran conexión con Ransford Osei, su compañero de ataque. Dominic comenzó fuerte la competición, marcando un tanto que salvaba a su país del empate ante Uzbekistán. Continuó con su buena línea e hizo doblete en el cuatro a cero que Ghana le endosó a los ingleses. Tras un encuentro de sequía ante Uruguay, parecía que iba a volver a quedarse sin marcar en los octavos de final ante Sudáfrica, pero apareció en el último minuto para otorgar a su selección el pase a los cuartos de final. Allí, el combinado nacional se enfrentaba a Corea, y los coreanos sufrieron la pegada de Adiyiah, quien anotó por partida doble. Ya en semifinales, ante los húngaros, Adiyiah contribuyó con dos nuevos tantos a que su país disputara la final de este certamen contra los brasileños. En el partido decisivo, las cosas no pintaban bien para los africanos, ya que la expulsión de Addo al filo del descanso obligó a los ghaneses a replegar líneas. Por ello, Osei y Adiyiah pasaron prácticamente desapercibidos a lo largo de todo el choque. Aún así, el ariete del Fredrikstad tuvo su momento de gloria cuando le tocó golpear en la decisiva tanda desde los once metros. Volvió a hacer gala de su sangre fría y chutó a la escuadra haciendo imposible la estirada del arquero brasileño Rafael. El balance no pudo ser mejor para el inexperto atacante africano, ya que consiguió ganar el torneo y además acaparó los galardones individuales, consiguiendo ser proclamado el mejor jugador y el máximo goleador. Tras sus exitosos encuentros en este gran escaparate no le van a faltar ofertas, pero tal vez deba esperar un poco para dar el salto a una gran liga, dada su escaso bagaje en el fútbol europeo.
4 comentarios:
Hola, muy buen artículo. Parece que Ghana crece más y más cada día, me encanta su fútbol. La verdad que debo reconocer que a este chico no le he visto jugar, porque me ha sido muy difícil seguir el sub-20, pero soy muy consciente del crecimiento que está representando esta nación y yo, a pesar de que no ha progresado como parecía que podría hacerlo, siempre seré un enamorado de Gyan Asamoah, en ese ataque que formaba con el por aquel entonces delantero de Borussia Matthew Amoah.
Un saludo crack
HOla
ya publiqué la ENTREVISTA A MANOLO JIMÉNEZ
www.Trouro.com
ciao
Ya te he agregado en mi blog, que se me pasó ponerte en la lista.
Un saludo.
Santi.
Acepto el intercambio de links , ya estas enlazado , es tu turno!
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