lunes, 14 de noviembre de 2011

GRANIT XHAKA Y XHERDAN SHAQIRI, TALENTO ALBANOKOSOVAR PARA SUIZA

La Guerra de los Balcanes supuso la emigración masiva de población rumbo a otros países europeos en busca de la paz y prosperidad que no podían encontrar en sus territorios de origen. Un conflicto bélico que privó a muchos niños de crecer con total libertad en el ámbito cultural del que disfrutaron sus antepasados. Sin embargo, en algunos casos esos jóvenes ahora gozan de una prosperidad económica que difícilmente hallarían en sus lugares de nacimiento. Suiza fue uno de los principales focos de esos movimientos migratorios y ahora se está beneficiando en el ámbito futbolístico con la aparición de dos precoces talentos albanokosovares, Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri.

Shaqiri es un centrocampista ofensivo que destaca por su inusitada facilidad para el desborde. Habilidoso, su bajo centro de gravedad y su potentísimo tren inferior le favorecen notablemente a la hora de deshacerse de cuantos rivales salen a su paso. Explosivo en la arrancada, es muy dinámico y se mueve por todo el frente de ataque buscando entrar en contacto con el cuero para poder demostrar el gran disparo desde media y larga distancia que atesora. Un futbolista versátil, mediapunta desde sus inicios pero capaz de desenvolverse con éxito cerca de ambos costados. Partiendo desde el flanco diestro rinde más, puesto que le permite trazar con menores obstáculos unas diagonales que son el preludio de un buen pase interior o un potente chut.

Un chico pequeño pero con una estructura física bien forjada que le permite proteger sin problemas la posesión del cuero y no rehuir la pugna con el rival en balones divididos. Atesora una buena visión de juego que le capacita para batir líneas de pase y no le asusta tomar las riendas del juego ofensivo del equipo, bajando a recibir hasta campo propio para diseñar la jugada. Descarado como pocos, encara frecuentemente a su par y su juego es como una bocanada de aire fresco cuando el encuentro decrece en intensidad. Zurdo con poca confianza en su pierna diestra, demuestra olfato goleador y es preciso a la hora de asistir en carrera. Mentalmente aún por pulir, en ocasiones se desquicia cuando las cosas no funcionan en el plano individual o colectivo. Es un futbolista capaz de decidir el encuentro con una genialidad que debe enmendar su individualismo para ser aún más determinante.

Xherdan Shaqiri nació en Gnjilane (Kosovo) el 10 de octubre de 1991, el mismo año en el que estallaba la Guerra de los Balcanes. Con motivo del conflicto bélico, la familia Shaqiri tuvo que emigrar hacia Suiza cuando el pequeño Xherdan solamente tenía tres años de edad. Una vez afincado en una humilde morada situada en el cantón suizo del Tesino, empezó a darle zurdazos a un balón enrolado en las categorías inferiores del modesto SV Augst. Dos años más tarde, tras una estancia en el centro de alto rendimiento de Lausana, fue captado por los ojeadores del FC Basel.

TALENTO PRECOZ
En el club azulgrana fue quemando etapas a una velocidad de vértigo, impresionando a todos los técnicos de la cantera y llamando la atención de varios clubes europeos con motivo de sus exhibiciones en la prestigiosa Nike Cup. Con quince años fue proclamado mejor jugador de dicha competición y tanto los directores de las categorías inferiores del club suizo como los técnicos de la federación helvética se dieron cuenta de que habían encontrado a un diamante en bruto. Tan fulgurante fue su progresión que a mediados de julio de 2009 Thorsten Fink, su gran valedor, le hizo debutar con la primera plantilla.

Fue ganando peso en el equipo y en la segunda vuelta se hizo con un lugar fijo en el once inicial. Lejos de amilanarse ante la responsabilidad de sentirse titular pese a su inexperiencia, Shaqiri respondió con buen juego y goles para ayudar a su equipo a conquistar el doblete a final de campaña. Además de ese éxito colectivo, su buen hacer se vio recompensado con la convocatoria para acudir al Mundial de Sudáfrica con el combinado helvético. En territorio africano, Hitzfeld solamente se acordó de él cuando en el último choque ante Honduras el pase a la siguiente ronda estaba muy complicado.

Aunque en la cita mundialista el joven Xherdan apenas gozó de minutos, la experiencia le sirvió para amoldarse a la selección y sentar las bases de su protagonismo en los meses posteriores. Al comienzo de la campaña 2010/2011 Shaqiri ya era una piedra angular en el bonito proyecto del Basilea y con su juego se ganó un lugar en las alineaciones de la selección suiza. Tras finalizar la temporada cosechando un nuevo entorchado liguero, acudió al Europeo sub-21 de Dinamarca para intentar sumar un nuevo título a su palmarés. En terreno escandinavo fue el más destacado de su selección pero no tuvo que hacer ante la abrumadora superioridad española en la final del torneo.

El periodo estival supuso un sinfín de rumores acerca de su salida rumbo a un club perteneciente a un campeonato de mayor prestigio, pero Shaqiri fiel al club que le permitió triunfar en este deporte y en una decisión repleta de madurez decidió quedarse en Basilea para continuar creciendo. Tras iniciar con buen pie la actual temporada, varios conjuntos de la Premier y la Bundesliga han vuelto a la carga para conseguir su traspaso pero el joven centrocampista prefiere no descentrarse con esos cantos de sirena.

“Estoy en un buen momento de forma y evidentemente me agrada que tantos clubes se hayan fijado en mí. Pero solamente pienso en mi equipo, en ganar el campeonato de mi país y clasificarnos para la siguiente ronda de la Champions League” afirma la perla suiza haciendo caso omiso a toda la rumorología. En cualquiera caso, está claro que el joven jugador abandonará más temprano que tarde la competición suiza y la Bundesliga parece que es el destino que más le seduce. Si confirma todo lo apuntado hasta ahora está llamado a abanderar el combinado helvético durante muchos años.

Xhaka es un extremo zurdo reconvertido a pivote ofensivo. Extraordinariamente dotado a nivel técnico, toca rápido, de manera sencilla a la par que eficaz, otorgando fluidez a la circulación de balón. Alterna bien el envío corto con el largo mostrándose preciso en ambos y abriendo el juego a los costados con rapidez. Inteligente a la hora de interpretar el juego, distribuye con muchísimo criterio y elige bien el momento adecuado para sumarse al ataque. Es un jugador que se descuelga frecuentemente para llegar al balcón del área rival y probar fortuna con su duro disparo. Dinámico y versátil, puede desenvolverse en las tres posiciones de la media punta. Aunque puede dar la sensación de que no se exprime al máximo cuando su equipo no cuenta con la posesión del esférico, está en continuo movimiento exhibiendo un buen despliegue físico.

Evidencia buenos detalles tácticos, pero debe mejorar aún más en la parcela defensiva, vigilar la distancia entre líneas y estar más atento a los jugadores que se filtran a su espalda. Es un zurdo elegante en la conducción del esférico con facilidad para asociarse no exento de desequilibrio gracias a su potencia en la arrancada y a su excelente manejo del cuero. Un cerebro que debe ganar en regularidad para marcar diferencias.

Hijo de emigrantes albanokosovares, Granit Xhaka nació el 27 de Septiembre de 1992 e inició su trayectoria futbolística en el FC Concordia Basel a los ocho años. Sus buenas condiciones no pasaron desapercibidas para el club más prestigioso de la ciudad y en el año 2002 se enroló, junto a su hermano mayor Taulant, en las filas del FC Basel. Rápidamente se convirtió en una de las perlas de la cantera del club azulgrana junto a otro joven de ascendencia albanokosovar como Xherdan Shaqiri.

Su carrera hacia el primer equipo parecía fulgurante, sin obstáculo alguno. Sin embargo pronto se encontraría con la cara más triste del fútbol, las lesiones de larga duración. Con solamente dieciséis años, Granit se rompió el ligamento cruzado y se vio apartado de los terrenos de juego durante seis meses. Ese largo periodo de inactividad le hizo reflexionar y darse cuenta de que su vida giraba en torno a un balón, pero también de que ese deporte no es lo único importante. “Aprendí que todo puede cambiar muy rápido en el fútbol y si no se tiene el fútbol, se necesita educación” afirma el zurdo centrocampista recordando su infortunio.

Lejos de rendirse ante la adversidad, Xhaka reapareció con mayor fortaleza tanto física como mental. Los técnicos de la federación suiza le citaron para disputar el Europeo sub-17 de 2009 que se disputó en Alemania y allí se comenzó a fraguar una de las generaciones de futbolistas más prometedoras de la historia del balompié helvético. Cayeron a las puertas de la final y no pudieron proclamarse campeones de Europa de la categoría, pero los chicos del 92 sentarían las bases para hacer historia unos meses más tarde en Nigeria.

En el continente africano Suiza se estrenaba como participante en un Mundial sub-17 y los jóvenes dirigidos por Dany Ryser no partían como favoritos. Sin embargo, pronto se ganaron el respeto de todas las selecciones participantes en el certamen. Los juveniles helvéticos superaron la fase de grupos de manera inmaculada y relegando del primer puesto a la todopoderosa Brasil. En los choques a vida o muerte Alemania, Italia y Colombia sufrieron en sus propias carnes el potencial de una selección que se plantó en la final dispuesta a sumir en lágrimas al continente africano.

El combinado anfitrión esperaba en el encuentro definitivo con el Estadio Nacional de Abuja lleno hasta la bandera. Los pupilos de Dany Ryser supieron sobreponerse al factor ambiental y con un certero testarazo de Seferovic derrotaron a las ‘águilas verdes’. Las asistencias de Ben Khalifa, los goles de Seferovic y las paradas de Siegrist acapararon los elogios de la crítica, pero en el triunfo de esa suiza multiétnica también desempeñó una gran labor el por entonces extremo izquierdo Xhaka. El centrocampista de origen kosovar aportó desequilibrio, asistencias y precisión a balón parado.

FIDELIDAD SUIZA
La federación albanesa se puso en contacto con él para que defendiese los intereses de su país paterno, pero Granit tenía clara su idea de seguir vistiendo la casa helvética. A ello ayudó la felicitación del seleccionador suizo Ottmar Hitzfeld por su triunfo en Nigeria. Un gesto que le llenó de ganas e ilusión para seguir trabajando en aras de llegar al primer equipo del Basilea. Consciente de su potencial, Thorsten Fink, técnico de la primera plantilla por aquel entonces, le hizo un pequeño guiño. “Busco introducirle en el equipo poco a poco”.

Siguiendo la línea de este discurso, decidió hacerle debutar julio de 2010. El Basilea vencía por la mínima al Debrecen en los últimos minutos del encuentro de ida de la última ronda previa de la Champions League. Así, el entrenador alemán dio entrada al joven Xhaka para arañarle unos segundos al crono. Nada más pisar el terreno de juego, Granit cogió el balón y lanzó un zurdazo que se coló en las redes de la meta húngara. Un esperanzador debut que confirmaría a lo largo de esa temporada. Fink supo dosificarle para no truncar su progresión y el talentoso mediocampista fue adquiriendo madurez al mismo tiempo que continuó escalando por las categorías inferiores de la selección suiza.

El gran nivel de sus actuaciones con el combinado helvético sub-19 y sub-21 le abrió las puertas de la selección absoluta. Hitzfeld le otorgó la titularidad en Wembley frente a Inglaterra y él ayudó a su país a sacar un empate del feudo londinense. Sin tiempo para asimilarlo, hizo las maletas y partió rumbo a Dinamarca para disputar el Europeo sub-21. Allí fue uno de los destacados en un combinado que solo sucumbió ante España en la final, un encuentro que estuvo a punto de perderse por unas molestias en su rodilla.

Unos problemas físicos que le han ocasionado más de un quebradero de cabeza este verano y que, unidos a la postura de cautela adoptada por Fink, le han impedido adquirir cierta continuidad en este inicio liguero. Una asiduidad que sí está logrando tener en Champions League, competición en la que está brillando, firmando actuaciones memorables como en el histórico empate cosechado en Old Trafford. Un brillante desempeño que ha desencadenado en el interés de numerosos equipos del país británico.

En la Bundesliga también suspiran por él, pero ante los rumores de su salida al extranjero, Granit tiene muy clara su postura: “no quiero ir al extranjero para sentarme en el banquillo”. Procedente de una familia modesta, Xhaka no olvida sus orígenes y conserva la humildad en su carácter. Siempre cerca de su hermano Taulant, al que describe como “un modelo a seguir”, ha disfrutado de la titularidad en los cuatro últimos compromisos internacionales de la selección suiza. No obstante, este admirador de Cristiano Ronaldo es consciente de que solamente dará el salto a un gran club europeo cuando se vea totalmente preparado para ello. Sus técnicos y compañeros creen que, más temprano que tarde, ese momento llegará.

2 comentarios:

Ismael dijo...

Shaquiri ya está a la altura de los jugadores top, y por parte de Xhaka, tanto él como su hermano, están llamados a coger las riendas de Suiza en poco tiempo.
Un saludo!

Anónimo dijo...

me encanto!!!