Cuando
Ronald Koeman tomó las riendas del Feyenoord allá por el pasado mes de julio,
muchos aficionados del club comenzaron a temerse lo peor. Todavía horrorizados
por la desastrosa labor en el banquillo de su hermano Erwin y la nefasta
primera vuelta de la pasada campaña, pocos esperaban un resurgir de la entidad
de Rotterdam. Más aún después de las bajas de hombres fundamentales en la
escuadra de De Kuip. Sin embargo, tras veintisiete jornadas el equipo se
encuentra a tan solo cinco puntos del líder y, lo que es más importante, ha
sabido encontrar los reemplazos para Fer y Castaignos y Wijnaldum con las
eclosiones de Cabral, Clasie y Guidetti.
Clasie es un mediocentro moderno, de esos que realizan muchas labores y casi todas
las completan con éxito. Una simbiosis entre táctica y técnica, capaz de mostrar jerarquía con el balón y
sin él. Disciplinado en el apartado
posicional, es inteligente y trata
de anticiparse a las acciones del rival, provocando sus errores en la
entrega. Sus carencias en el apartado físico son tan evidentes como
subsanables. La estructura corporal que
posee no es la más oportuna para las batallas aéreas en la medular, pero
intenta evitar esa desventaja situándose en el lugar más propicio para evitar
segundas jugadas. Más que correcto en la
basculación, se desplaza bien de forma lateral aunque se precipita en
algunas ocasiones frente a rivales que le imprimen mucho dinamismo a la
circulación de balón.
Un
centrocampista con personalidad al que no
le asusta tomar responsabilidades. Distribuye
con coherencia, no abusa de la conducción e imprime fluidez a la circulación de balón de su equipo. Excelente
en los controles, su buen
posicionamiento en la recepción le permite sacar ventaja de su primer toque.
Un provecho que incrementa gracias a su agilidad
mental, ya que suele pensar qué hacer con el cuero un segundo antes de
entrar en contacto con él. Preciso en
los desplazamientos largos, sus magníficos cambios de orientación permiten
descongestionar la medular cuando el rival aprieta la salida de balón. Diestro
con correcto manejo de su pierna izquierda, ejecuta con gran precisión saques de esquina y faltas laterales.
Casi siempre con la cabeza levantada, su
precisión en el envío le convierte en un buen lanzador de contragolpes.
Nacido en la ciudad holandesa de Haarlem el 27 de junio de 1991, Jordy Clasie inició su andadura en el mundo
futbolístico de la mano del modesto Koninklijke
Haarlemsche Football Club de su urbe natal. A pesar de su físico menudo no tardó en destacar por encima de sus
compañeros de equipo y los ojeadores del
Feyenoord, siempre perspicaces a la hora de reclutar jóvenes talentos del
país, no dudaron en incorporarle a su
cantera. Su incorporación fue todo un acierto por el cuadro de Rotterdam y
pronto se dieron cuenta de que tenía muchas probabilidades de llegar a triunfar
algún día en el primer equipo.
Stanley
Brard, jefe de ojeadores del Feyenoord, fue uno de los que más insistió en él. “Siempre fue consistente, trabajando duro
para llegar al máximo nivel. Como jugadores como Wim Jansen y probablemente
Xavi y Scholes, su estatura provocó que desarrollase su inteligencia para
enfrentarse a jugadores más grandes” declara
Brard para explicar la clave de su éxito y el proceso que tuvo que vivir
para llegar a la élite del fútbol holandés. Su gran desempeño en categoría
juvenil no pasó desapercibida para los
técnicos de la federación neerlandesa que decidieron citarle para disputar el Europeo sub-19 en Francia.
EL EXCELSIOR, SU TRAMPOLÍN
En
Normandía mostró su inteligencia sobre el terreno de juego y su capacidad de
liderazgo portando el brazalete de capitán. Sin embargo sus compañeros no
acompasaron su rendimiento y apenas pudieron sumar tres puntos en la fase de
grupos cayendo eliminados de forma prematura. No obstante, ni su excelente actuación con la casaca oranje le garantizaba gozar de continuidad en la primera plantilla feyenoorder. Por ello decidió probar
fortuna enrolándose en las filas del Excelsior como cedido. “La competencia
en el centro del campo del Feyenoord era mortal. No podría jugar mucho y en el
Excelsior podía mejorar y regresar para reclamar mi sitio” asegura el joven
mediocentro en relación a su decisión.
Como
el propio jugador preveía la cesión fue
la decisión más correcta para continuar con su progresión. En el club rojinegro gozaba de continuidad
y vivir con la sombra del descenso acechando durante toda la temporada le hizo
adquirir la madurez necesaria para regresar y ser protagonista en el club que
le formó como jugador. Junto a los goles de Guyón Fernández, su jerarquía en el centro del campo fue
capital para que el Excelsior alcanzase la permanencia. Esta campaña, con Ronald Koeman sentado
en el banquillo de De Kuip, Clasie se
asentó en la titularidad desde la primera jornada. Lejos de ser uno más en el once inicial, se convirtió en el timón, el
eje sobre el que pivota todo el equipo.
La
antigua afirmación de que no se puede llegar a la élite siendo bajito queda una
vez más refutada con la irrupción de este
talentoso centrocampista que afirma
fijarse en Xavi y Cesc Fabregas para mejorar su estilo de juego. La
sensible baja de Leroy Fer ha caído en el olvido para los seguidores del club
de Rotterdam ante la irrupción de Clasie. Internacional sub-21, Van Maarwijk ya
le ha alabado en más de una ocasión y, aunque es bastante complicado que se
produzca, no se descarta su salto a la selección absoluta. Con 20 años, el futuro es suyo.
Guidetti es un corpulento delantero que sabe sacar provecho de sus buenas dotes
físicas. Peligroso en el juego aéreo y ortodoxo con el balón
en los pies, hace gala de picardía y oportunismo
para sacar provecho de cualquier error rival. Eficiente en el juego de espaldas al marco rival, realiza buenos
controles y aguanta bien el esférico,
permitiendo a su equipo salir cuando el rival presiona y facilitando la llegada
de los centrocampistas desde segunda línea. Diestro natural, conduce el cuero de manera eficaz pero no
se prodiga mucho en el regate, sino que intenta finalizar la jugada lo más
rápido posible escudándose en su buen
remate con ambas piernas. Potente en
la arrancada, se maneja bien en carrera larga gracias a su zancada y a su
habilidad a la hora de aprovechar su corpulencia para mantener la posesión.
Un atacante con mucha personalidad que no rehúye el contacto físico. Sabe aguantar los
envites del rival, sacando el remate incluso cuando su marcador se emplea con
mucha dureza para frenarle. Voluntarioso y más que capacitado para
prolongar la jugada cuando recibe en campo propio, es ante todo un ariete,
un delantero que se siente muy cómodo
cerca del marco rival. Todavía con algunas carencias en el apartado
técnico, no renuncia a caer a las bandas para recibir con mayor
libertad y abrir huecos en el entramado defensivo rival merced a su criterio en
la asociación. Sin embargo, en muchas ocasiones peca de individualismo, equivocándose a la hora de tomar la
decisión más beneficioso para él y el colectivo. Poseedor de un gran golpeo de balón, prueba fortuna
con frecuencia desde media distancia y hace
gala de una extraordinaria frialdad a la hora de desafiar al portero desde los once metros.
John
Alberto Fernando Andrés Luigi Olof Guidetti
nació el 15 de abril de 1992 en Estocolmo pero pronto abandonaría su país
de origen. Su padre Mike, maestro de
profesión, decidió poner rumbo a Kenia
con su hijo para ofrecer una educación a los más desfavorecidos. El pequeño
John alternó las comodidades de su lugar de nacimiento con las deficiencias y
la humildad del continente africano, puesto que vivió a caballo entre los dos territorios durante su infancia. Unos primeros años de vida que forjaron su
carácter y le convirtieron en una persona realmente concienciada con los más
necesitados, a los que pretende ayudar con una fundación que lleva su
nombre y que tiene por objetivo mejorar las infraestructuras para la práctica
del fútbol como vía de escape de la pobreza.
Inició su trayectoria futbolística con seis años en
las categorías inferiores del Brommapojkarma sueco y la continuaría en
territorio africano jugando para escuelas de futbol muy modestas de Nairobi como el Impala Black Stars Kibera, el Mathare Youth
Sports Association o el Ligi Ndogo. Con
catorce años regresa definitivamente al país escandinavo para volver a
enrolarse en las filas del club de la capital sueca. Los técnicos que
velaban por su progresión quedaron fascinados con su personalidad y su
facilidad para perforar la portería rival. Batió
todos los registros anotadores de la cantera del club y despertó el interés de
numerosos equipos de Inglaterra, Holanda e Italia. Todos querían incorporar
a sus categorías inferiores al talento de Estocolmo pero fue el Manchester City quien le convenció con la presencia de su
compatriota Sven Goran Eriksson en el banquillo de los skyblues.
GOLES COMO MÉTODO DE IMPRESIÓN
Siendo apenas un quinceañero Guidetti cambió la
capital sueca por Manchester y volvió a demostrar una asombrosa facilidad para
adaptarse a las nuevas situaciones. A
pesar de que su decisión de emigrar no fue muy bien vista por muchos
entrenadores suecos, el bisoño delantero no tardó en impresionar a los técnicos
de la academia citizen. Firmó un
hat-trick en uno de sus primeros partidos con el equipo sub-18, un excelente
encuentro que iba a servir como preludio de su extraordinario rendimiento durante su primer año en las islas
británicas, en el que firmó un promedio de gol por partido.
Su trayectoria
continuó por buen camino durante las siguientes campañas, pero su excesiva
juventud y la gran competencia que existía en el ataque del primer equipo le
impedían tener oportunidades de dar el salto a la Premier League. Por ello,
para no frenar su progresión se decidió
que lo mejor era que saliese cedido para gozar de minutos que le sirvieran como
fogueo a nivel profesional. Su
destino no era desconocido para él, volvía al distrito de Bromma para defender
los colores del Brommapojkarma. Se hizo rápidamente con un puesto en las
alineaciones pero llegó con el campeonato empezado y se encontró con un
conjunto hundido en la tabla clasificatoria. Pese a las condiciones adversas, John no se rindió, anotó goles y
repartió asistencias aprovechando de manera provechosa sus oportunidades
aunque no pudiese lograr la permanencia del equipo en la élite del fútbol
sueco.
Cuando finalizaba el año y en vistas de que su situación en Manchester no se
modificaba decidió volver a hacer las
maletas y marcharse cedido durante un mes al Burnley. En el condado de
Lancashire alterna la titularidad con la
suplencia y solamente ve puerta en una ocasión. Regresa a la disciplina ‘citizen’ en busca de convencer a Roberto Mancini
pero no lo logra y continúa trabajando con el conjunto reserve. Así, ante las pocas expectativas de disfrutar de
continuidad en la Premier League, todo
apuntaba a que el joven artillero nórdico iba a desvincularse de la escuadra
inglesa. El pasado verano expiraba su contrato con los skyblues y el Twente holandés movió ficha para obtener su
contratación. Cuando parecía que el
sueco iba a convertirse en nuevo delantero del club de Enschede, el Manchester
City reaccionó y renovó al delantero después de un conflicto burocrático
entre el club holandés y el agente del jugador.
En los
instantes finales del pasado mercado
estival Guidetti se incorporó como cedido a la disciplina del Feyenoord. Un
estadio en el que el hace años el ariete predijo que iba a triunfar como ha
reconocido recientemente en una entrevista. “Recuerdo cuando vine aquí para jugar con Suecia hace años. Nos
llevaron a este estadio precioso y nos dieron un tour. Miré a un amigo y le
dije que quería jugar en De Kuip un día. Unos años más tarde estoy jugando
aquí, disfrutando de cada momento” asegura
el delantero sueco. Y es que motivos para estar feliz no le faltan. Revelación goleadora de la campaña, suma ya
dieciocho tantos en apenas dieciséis encuentros y ha perforado la meta
rival en los encuentros más difíciles para su equipo.
“Estoy
bastante contento con mi rendimiento hasta ahora, pero todavía hay algunas
cosas que quiero mejorar. Si quieres ser el mejor, tienes que seguir luchando y
trabajar duro. Mi sueño es convertirme
en el mejor jugador del mundo” afirma ambicioso el nuevo ídolo del club de
Rotterdam. Seguido de cerca por clubes de la talla del Inter, Liverpool o
Bayern, el Manchester City espera que la próxima campaña Guidetti pueda
aumentar la competencia de una delantera de altísimo nivel. El actual máximo artillero del Feyenoord
prefiere evitar la rumorología pero es
tajante a la hora de referirse a su regreso al Etihad Stadium. “No quiero estar en el banquillo”
declara con rotundidad.
De
ascendencia italiana, la prensa del país transalpino sugirió a Prandelli que hablase
con él para convertirse en una buena alternativa de futuro para el ataque de
los azzurri. Sin embargo, tras
defender al combinado escandinavo desde la selección sub-17 hasta la sub-21
confirmó su compromiso con los suecos debutando con la selección absoluta el
pasado mes de febrero. Ilusionado con
poder entrar en la lista de veintitrés jugadores suecos que acudan a la
Eurocopa el próximo verano, sueña con compartir delantera con Zlatan
Ibrahimovic, su ídolo y referente. “Me gusta porque tiene mucha
personalidad” asegura Guidetti. Un fuerte temperamento que, en cierta medida,
comparten. En el encuentro disputado con
el club de Rotterdam frente al RKC fue expulsado por quitarse la camiseta para
celebrar un gol cuando ya había sido amonestado. Y es que así es John Guidetti, un goleador voraz que
debe corregir ciertos aspectos para desarrollar todas las buenas condiciones
que atesora.
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