sábado, 5 de mayo de 2012

JOE ALLEN

Juego asociativo, intercambio de posiciones, movilidad permanente y fluidez en la circulación de balón. Varios conceptos que desembocan en el pase como elemento dañino, una alternativa tan distinta como difícil de alcanzar como método para llevar la iniciativa en un encuentro. Esa era la puesta en escena dentro del terreno de juego que diferenciaba al Arsenal del resto de equipos de las islas británicas. Una filosofía prácticamente exclusiva en el campeonato inglés hasta que entró en escena el Swansea, fiel seguidor de la línea gunner desde hace ya algunos años. Llevar a cabo esa propuesta exige centrocampistas técnicos. Al conjunto galés no le faltan con Leon Britton y Joe Allen, uno de los debutantes más brillantes de la presente edición de la Premier.

Allen es un centrocampista con mucho criterio en la organización de juego ofensivo. Distribuye en pocos toques con elevada precisión en el pase corto, siendo capaz de ofrecer variantes en la circulación cambiando la orientación merced a su buen desplazamiento en largo. No es el más veloz, pero sí muy ágil mentalmente, lo que unido a su facilidad para cambiar de dirección de forma rápida le concede una ventaja importante en jugadas vertiginosas. Intenso en la presión, sale perjudicado del cuerpo a cuerpo. Por ello, busca achicar el espacio al rival y provocar su pérdida o retroceso en el avance ante el acoso al que le somete. Su escasa envergadura y presencia física no le impiden utilizar su estructura corporal para proteger la posesión del cuero ante los envites del rival. Excelente en los controles, le falta ese punto de atrevimiento para buscar la portería rival con el disparo y necesita adquirir mayor presencia en algunos momentos del encuentro.

Un centrocampista cerebral, capaz de vislumbrar el pase correcto con celeridad y situar a sus compañeros en posiciones ventajosas gracias a su precisión en el envío. Dinámico, su movilidad permanente le permite crear superioridades posicionales con asiduidad, eludiendo la presión rival en el inicio de la jugada. En ocasiones precipitado en sus acciones tras pérdida, debe medir mejor sus entradas cuando le arrebatan el cuero en campo contrario. Inteligente en la lectura del juego, esa cualidad le beneficia tanto en la faceta ofensiva como ofensiva, recuperando gran cantidad de balones por su disciplina táctica. Empleado también como mediapunta, cerca del área rival exhibe su clarividencia para batir la última línea de presión sin renunciar a aportar en el apartado goleador gracias a su capacidad para llegar desde segunda línea. Un mediocentro idóneo para llevar el peso del encuentro.

Nacido en la población galesa de Carmarthen (Gales), el 14 de marzo de 1990 Joseph Michael Allen rápidamente tuvo que abandonar su lugar natal a orillas del río Towy para dar un paso adelante en aras de cumplir su sueño de convertirse en futbolista profesional. Persiguiendo ese deseo, a los nueve años decidió enrolarse en las categorías inferiores del Swansea. Impresionó a los técnicos de cantera por su capacidad para dominar el centro del campo y liderar el juego de su equipo, lo que le garantizó un paso fulgurante por el entramado juvenil del club. Continuando la estela de precocidad que caracterizó su infancia futbolística, con apenas 16 años debutó con el primer equipo, que por aquel entonces competía en la división de bronce del balompié inglés.

La siguiente campaña, a las órdenes de Roberto Martínez, iba a ser muy importante para Allen. Adquiere continuidad y encadena grandes actuaciones individuales, logrando con asiduidad el galardón de man of the match. Su magnífica progresión tampoco pasa desapercibida para los seleccionadores galeses y acude con regularidad a los encuentros que disputa el combinado sub-21. Los resultados colectivos también acompañan y el club consigue el anhelado ascenso a Championship. Sin embargo, lo que parecía una excelente noticia para el bisoño centrocampista se convirtió en un pequeño paso atrás en su carrera.

El técnico español refuerza la medular para no acusar el salto de categoría y a Allen le cuesta alcanzar la continuidad de la que venía disfrutando. Por ello, a los tres meses de campaña se acuerda una breve cesión al Wrexham. En el conjunto del norte de Gales empieza a recuperar sensaciones pero una lesión de rodilla le obliga a regresar al Liberty Stadium. Algunos contratiempos físicos de sus compañeros en la medular le permiten entrar de nuevo en la dinámica del equipo y acaba siendo importante, logrando incluso el galardón que le corona como mejor jugador joven del año. En la campaña 2009-2010, con el portugués Paulo Sousa en el banquillo de los ‘cisnes’, el joven centrocampista vuelve a entrar con frecuencia en las alineaciones pero las lesiones le impiden gozar de continuidad.

RODGERS Y SU CRECIMIENTO
Dejando atrás su tormentosa relación con la enfermería, la temporada pasada iba a producirse el ansiado salto en su breve carrera. “Tiene el talento para ser uno de los mejores centrocampistas de la categoría” aseguró Brendan Rodgers, su entrenador desde el verano de 2010. No se equivocaba lo más mínimo el técnico norirlandés. A sus órdenes Allen creció ganando en regularidad y confianza erigiéndose en la piedra angular del conjunto galés. Su inteligencia, visión de juego y claridad en el pase fueron rasgos fundamentales en la buena marcha de su equipo, que obtuvo el ascenso en una igualada final del playoff disputado en Wembley que se decidió con un hat-trick de Scott Sinclair.

Al igual que el resto de sus compañeros, Allen no ha acusado el salto de categoría y está mostrando un rendimiento extraordinario. Ya sea en tres cuartos de campo o formando pareja en el doble pivote con Britton, es una pieza clave en el engranaje del equipo, un factor indispensable para poner en marcha ese estilo de juego asociativo que hace disfrutar a los aficionados que se congregan en el Liberty Stadium. El premio a su brillante irrupción en la Premier League ha deparado su consolidación en la selección galesa. El fallecido Gary Speed, que le conocía de su etapa como seleccionador sub-21, le otorgó la titularidad en un encuentro frente a Suiza y desde entonces se ha destapado con la casaca del combinado nacional, constituyendo una de las grandes esperanzas para el futuro futbolístico de su país junto a Bale, Ramsey y Hennessey. Ligado contractualmente al Swansea hasta 2015, las grandes escuadras del campeonato inglés siguen con lupa sus pasos. El gran reto de su carrera será demostrar toda su valía si abandona el club que le vio crecer.


1 comentario:

Marc Calduch dijo...

Sin lugar a dudas una de las claves de este Swansea que nos ha sorprendido gratamente.

Un saludo