Juego
asociativo, intercambio de posiciones, movilidad permanente y fluidez en la
circulación de balón. Varios conceptos que desembocan en el pase como elemento
dañino, una alternativa tan distinta como difícil de alcanzar como método para
llevar la iniciativa en un encuentro. Esa era la puesta en escena dentro del
terreno de juego que diferenciaba al Arsenal del resto de equipos de las islas
británicas. Una filosofía prácticamente exclusiva en el campeonato inglés hasta
que entró en escena el Swansea, fiel seguidor de la línea gunner desde hace ya algunos años. Llevar a cabo esa propuesta
exige centrocampistas técnicos. Al conjunto galés no le faltan con Leon Britton
y Joe Allen, uno de los debutantes
más brillantes de la presente edición de la Premier.
Allen es un
centrocampista con mucho criterio en la organización de juego ofensivo. Distribuye
en pocos toques con elevada precisión en el pase corto, siendo capaz de ofrecer
variantes en la circulación cambiando la orientación merced a su buen desplazamiento
en largo. No es el más veloz, pero sí muy ágil mentalmente, lo que unido a su
facilidad para cambiar de dirección de forma rápida le concede una ventaja
importante en jugadas vertiginosas. Intenso en la presión, sale perjudicado del
cuerpo a cuerpo. Por ello, busca achicar el espacio al rival y provocar su
pérdida o retroceso en el avance ante el acoso al que le somete. Su escasa
envergadura y presencia física no le impiden utilizar su estructura corporal
para proteger la posesión del cuero ante los envites del rival. Excelente en
los controles, le falta ese punto de atrevimiento para buscar la portería rival
con el disparo y necesita adquirir mayor presencia en algunos momentos del
encuentro.
Un
centrocampista cerebral, capaz de vislumbrar el pase correcto con celeridad y
situar a sus compañeros en posiciones ventajosas gracias a su precisión en el
envío. Dinámico, su movilidad permanente le permite crear superioridades
posicionales con asiduidad, eludiendo la presión rival en el inicio de la
jugada. En ocasiones precipitado en sus acciones tras pérdida, debe medir mejor
sus entradas cuando le arrebatan el cuero en campo contrario. Inteligente en la
lectura del juego, esa cualidad le beneficia tanto en la faceta ofensiva como
ofensiva, recuperando gran cantidad de balones por su disciplina táctica.
Empleado también como mediapunta, cerca del área rival exhibe su clarividencia
para batir la última línea de presión sin renunciar a aportar en el apartado
goleador gracias a su capacidad para llegar desde segunda línea. Un mediocentro
idóneo para llevar el peso del encuentro.
Nacido
en la población galesa de Carmarthen (Gales), el 14 de marzo de 1990 Joseph
Michael Allen rápidamente tuvo que abandonar su lugar natal a orillas del río
Towy para dar un paso adelante en aras de cumplir su sueño de convertirse en
futbolista profesional. Persiguiendo ese deseo, a los nueve años decidió
enrolarse en las categorías inferiores del Swansea. Impresionó a los técnicos
de cantera por su capacidad para dominar el centro del campo y liderar el juego
de su equipo, lo que le garantizó un paso fulgurante por el entramado juvenil
del club. Continuando la estela de precocidad que caracterizó su infancia
futbolística, con apenas 16 años debutó con el primer equipo, que por aquel
entonces competía en la división de bronce del balompié inglés.
La
siguiente campaña, a las órdenes de Roberto Martínez, iba a ser muy importante
para Allen. Adquiere continuidad y encadena grandes actuaciones individuales,
logrando con asiduidad el galardón de man
of the match. Su magnífica progresión tampoco pasa desapercibida para los
seleccionadores galeses y acude con regularidad a los encuentros que disputa el
combinado sub-21. Los resultados colectivos también acompañan y el club consigue
el anhelado ascenso a Championship. Sin embargo, lo que parecía una excelente
noticia para el bisoño centrocampista se convirtió en un pequeño paso atrás en
su carrera.
El
técnico español refuerza la medular para no acusar el salto de categoría y a
Allen le cuesta alcanzar la continuidad de la que venía disfrutando. Por ello,
a los tres meses de campaña se acuerda una breve cesión al Wrexham. En el
conjunto del norte de Gales empieza a recuperar sensaciones pero una lesión de
rodilla le obliga a regresar al Liberty Stadium. Algunos contratiempos físicos
de sus compañeros en la medular le permiten entrar de nuevo en la dinámica del
equipo y acaba siendo importante, logrando incluso el galardón que le corona
como mejor jugador joven del año. En la campaña 2009-2010, con el portugués
Paulo Sousa en el banquillo de los ‘cisnes’, el joven centrocampista vuelve a
entrar con frecuencia en las alineaciones pero las lesiones le impiden gozar de
continuidad.
RODGERS Y SU CRECIMIENTO
Dejando
atrás su tormentosa relación con la enfermería, la temporada pasada iba a
producirse el ansiado salto en su breve carrera. “Tiene el talento para ser uno
de los mejores centrocampistas de la categoría” aseguró Brendan Rodgers, su
entrenador desde el verano de 2010. No se equivocaba lo más mínimo el técnico
norirlandés. A sus órdenes Allen creció ganando en regularidad y confianza
erigiéndose en la piedra angular del conjunto galés. Su inteligencia, visión de
juego y claridad en el pase fueron rasgos fundamentales en la buena marcha de
su equipo, que obtuvo el ascenso en una igualada final del playoff disputado en Wembley que se decidió con un hat-trick de Scott Sinclair.
Al
igual que el resto de sus compañeros, Allen no ha acusado el salto de categoría
y está mostrando un rendimiento extraordinario. Ya sea en tres cuartos de campo
o formando pareja en el doble pivote con Britton, es una pieza clave en el
engranaje del equipo, un factor indispensable para poner en marcha ese estilo
de juego asociativo que hace disfrutar a los aficionados que se congregan en el
Liberty Stadium. El premio a su brillante irrupción en la Premier League ha
deparado su consolidación en la selección galesa. El fallecido Gary Speed, que
le conocía de su etapa como seleccionador sub-21, le otorgó la titularidad en
un encuentro frente a Suiza y desde entonces se ha destapado con la casaca del
combinado nacional, constituyendo una de las grandes esperanzas para el futuro
futbolístico de su país junto a Bale, Ramsey y Hennessey. Ligado
contractualmente al Swansea hasta 2015, las grandes escuadras del campeonato
inglés siguen con lupa sus pasos. El gran reto de su carrera será demostrar
toda su valía si abandona el club que le vio crecer.
1 comentario:
Sin lugar a dudas una de las claves de este Swansea que nos ha sorprendido gratamente.
Un saludo
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