miércoles, 5 de septiembre de 2012

RAHEEM STERLING



Juego asociativo, intercambio de posiciones, movilidad permanente y fluidez en la circulación de balón. Varios conceptos que desembocan en el pase como elemento dañino, una alternativa tan distinta como difícil de alcanzar para llevar la iniciativa en un encuentro. Son premisas indispensables en el libreto futbolístico de Brendan Rodgers, que no olvida el vértigo de los costados para poner en jaque a la zaga rival. Todavía buscando imponer su sello en Anfield, el técnico norirlandés encontró un grave problema con la ausencia de extremos. Con Downing en baja forma y Borini en proceso de adaptación, Raheem Sterling irrumpió con fuerza en los últimos partidos y ya se ha convertido en el nuevo ídolo de The Kop.

Sterling es un escurridizo extremo que destaca por su tremenda verticalidad. Muy descarado, encara constantemente a su par con un alto porcentaje de éxito. Potente en la arrancada, su cambio de ritmo provoca que sea demoledor cuando cuenta con espacios por delante, siendo un jugador muy adecuado para portar el cuero en los contragolpes merced a su buena conducción de balón en carrera. Rapidísimo en el giro, aunque aún se precipita en los controles sabe dejar atrás a su marcado por su inteligencia en la recepción del cuero. Con salida por ambos perfiles tras el regate, resulte imprevisible cuando encara con el balón controlado.

Explosivo en carrera, reta una y otra vez al lateral, sometiéndole a un duro esfuerzo físico. Descarado por naturaleza, su correcto manejo de todas las superficies del pie derecho provoca que ofrezca un alto rendimiento escorado al costado izquierdo. Voluntarioso en labores defensivas, sus excelentes condiciones físicas le permitan ayudar a su lateral pero aún le falta disciplina en el repliegue y adquirir mayor fortaleza muscular. Poseedor de un buen disparo desde media distancia, está bien dotado técnicamente y sabe buscar los ángulos para hacer daño al portero pero debe pulir su individualismo para tomar la decisión más provechosa colectivamente. Incisivo de cara a la portería rival, aunque aporta en la faceta goleadora pero también es preciso y generoso en la asistencia.

Raheem Shaquille Sterling nació en Kingston, la capital jamaicana, el 8 de diciembre de 1994. A los cinco años emigró junto a su madre a Inglaterra y apenas uno después ingresó en la academia del West Ham, considerado el entramado formativo más prestigioso de Inglaterra. En 2003 se enroló en las filas del Queens Park Rangers y no tardó en convertirse en la estrella de la cantera del club londinense, a pesar de enfrentarse, semana tras semana, a chicos que le superaban en edad de manera notable. Siete temporadas en el club de Loftus Road le sirvieron para atraer la atención de todos los grandes conjuntos de la Premier League.

El Liverpool se quedó prendado de sus excelentes condiciones y no dudó en asegurarse sus servicios previo pago de 60000 euros, una cifra muy alta para un chico de apenas 15 años. El pequeño extremo no tardó en responder a las expectativas y justificó el desembolso erigiéndose en la estrella de la factoría de Melwood. Apenas un mes de llegar a la orilla del Mersey, Roy Hodgson le reclutó para hacer la pretemporada con el primer equipo e incluso le hizo debutar en un amistoso ante el Borussia Mönchengladbach. Cuando llegaron los duelos oficiales, siguiendo la coherencia Sterling volvió a la academia y continuó maravillando en el campeonato sub-18.

Con la destitución de Hodgson y la llegada de Dalglish al banquillo de Anfield, el veloz Raheem regresó a la palestra. Una plaga de lesiones provocó que en la primera plantilla provocó que el técnico escocés citase a la perla de origen jamaicano para un choque de Europa League aprovechando un parón escolar. No debutó pero fue la primera vez que llamó la atención de la prensa internacional, asombrada por su fulgurante ascensión. Su buen hacer en el proceso en la fase clasificatoria del Europeo sub-17 así como en la fase final de esa competición fue el preludio de su excelente actuación en el Mundial de la categoría disputado el verano de 2011 en México. En territorio azteca fue el más destacado de unos pross que no pudieron superar la barrera de los cuartos de final.

LA NEXT GENERATION SERIES COMO ESCAPARATE
Pese al sabor agridulce de la cita mundialista, la temporada pasada continuó con su meteórica progresión. Además de brillar en el campeonato reserva inglés también mostró su potencial por todo el continente, ya que dejó gratas sensaciones en la Next Generation Series, una especie de Champions League juvenil en la que el Liverpool se quedó a las puertas de la final con Sterling como estandarte ofensivo. Aunque en lo deportivo todo eran buenas noticias, antes de su debut como profesional fue salpicado por un escándalo extradeportivo. En un breve lapso de tiempo dejó embarazadas a dos chicas y los tabloides hicieron escarnio con su figura.

A Dalglish no le importó ese discutible comportamiento fuera de los terrenos de juego y le dio la oportunidad de estrenarse en la Premier League. Fueron solamente unos minutos contra el Wigan que iban a repetirse semanas después ante el Fulham. Dos compromisos ligueros que finalizaron con intrascendentes derrotas para los reds en Anfield, un templo futbolístico que contempló contrariado los primeros pasos de su precoz perla. Con la llegada de Brendan Rodgers al Liverpool se habría una interrogante con la joven perla. “No juzgo a la gente por su condición, por lo que son o por lo que han hecho, sino por lo que veo” aseguró el ex técnico del Swansea.

Sterling gozó de varias oportunidades en esta pretemporada aprovechando el apretado calendario de su equipo con las rondas previas de Europa League. No obstante, el técnico norirlandés pensaba enviar cedido a su joven extremo para adquirir experiencia en un club más modesto, pero su exhibición ante el Hearts provocó que su entrenador volviera a plantearse la decisión de enviarle cedido. En busca de disipar sus dudas, Rodgers le volvió a otorgar la titularidad frente al Manchester City. Lejos de acusar la presión, el rapidísimo extremo volvió a cuajar una actuación sobresaliente y convenció definitivamente a su técnico para permanecer en Anfield. “Para ser un chico de 17 años y haber jugado ante los campeones, hizo un partido fantástico, pero tiene mucho recorrido y debe ser muy persistente en el trabajo”, palabras de Rodgers, el hombre encargado de dar el impulso a la carrera de su talentoso velocista.


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