Poca
formación en el blocaje, imponentes estructuras físicas desaprovechadas en el
juego aéreo o tendencia a cometer errores de bulto son algunos de los males que
han perseguido a los guardametas británicos a lo largo de la historia de un
deporte que ellos mismos inventaron. Por regla general los conjuntos ingleses
han tenido en la portería uno de sus puntos débiles. Algo que no se ha
terminado de corregir en la actualidad, como pone de manifiesto que en la
Premier League solamente cuatro guardametas oriundos de las islas disfruten
asiduamente de la titularidad. La excepción que confirma la regla la constituye
Joe Hart, quien a base de excelentes actuaciones ha disipado los fantasmas del
marco de los pross. Tras superar con
éxito su bautismo de fuego en la Eurocopa, el cancerbero citizen está preparado para ejercer de maestro de un joven que
busca emularle, el prometedor Jack Butland.
Butland es un
corpulento guardameta de gran aplomo y personalidad que destaca por la
seguridad que pretende imprimir a sus intervenciones. Su potencia en el tren
inferior le permite impulsarse con vehemencia y llegar a palos sin dificultades
priorizando el blocaje para no hacer abuso del despeje, lo que en ocasiones
puede convertirse en un arma de doble filo cuando intenta atrapar disparos poco
propicios para ello. Concentrado durante los noventa minutos, sorprende por su
madurez y la capacidad jerárquica para colocar correctamente a los zagueros.
Domina bien su área y demuestra valentía a la hora de achicar ángulo de disparo
al atacante pero aún debe adquirir mayor solvencia a la hora de abandonar los
tres palos.
Atesora
unos reflejos excelentes que le capacitan para abortar disparos a bocajarro, lo
que unido a su capacidad para sacar el pie cuando apenas cuenta con tiempo de
reacción le convierten en un cancerbero difícil de batir en el uno contra uno.
Potente en el golpeo pero con un amplio margen de mejora en el manejo del
cuero, es un portero muy explosivo al que cuesta sorprender con disparos
lejanos por su capacidad para llegar a todos los rincones de su marco. No sufre
para alejar disparos rasos ya que, pese a su envergadura, posee agilidad
suficiente para deslizarse con eficacia. Confiado en sus posibilidades, orienta
bien sus despejes y no suele conceder francas segundas oportunidades a los
atacantes. Es un compendio de excelentes condiciones físicas y técnicas que de
ser bien potenciadas le llevarán a lo más alto.
Nacido
el 10 de marzo de 1993 en Bristol, Jack Butland inició su andadura futbolística
en el modesto Clevedon United, un club situado en el suroeste de Inglaterra.
Tras un paso por la academia de Jamie Shore, decidió dar un salto en su carrera
e hizo las maletas rumbo a Birmingham para ingresar en la cantera del club de
St Andrew’s. Ese guardameta de gran físico no tardó en ganarse el respaldo de
los responsables de cantera del club, que advirtieron en él un talento
especial. Desafiando los límites de la precocidad, con apenas dieciséis años
había realizado su debut en el campeonato reserva demostrando una inusitada
madurez que le acompañaría en su meteórica progresión.
Desde
entonces su carrera se adentró en una aventura repleta de experiencias
internacionales gracias a la confianza que los técnicos de la federación
inglesa depositaron en él. Tras ser reclamado por el combinado sub-16, Butland
adquirió fama a nivel continental gracias a la disputa del Europeo sub-17 en
Liechtenstein. Allí asombró por su repertorio de paradas y junto al olfato
goleador de Wickham y el talento en la distribución de Barkley y McEachran fue
vital para que el combinado británico batiese a España en la final del
certamen. El broche de oro a su fenomenal campaña se produjo al ser designado
como mejor jugador de la cantera del Birmingham por delante de otros jóvenes
prometedores como Nathan Redmond.
Cuando
su carrera despegaba con solvencia, su progresión sufrió un severo stand by en forma de lesión, ya que una
lesión en la mano le obligó a pasar por el quirófano, dejándole en el dique
seco durante un extenso período. Pese a esa inactividad, el cuerpo técnico de
la federación inglesa no se olvidó de él y siguieron otorgándole confianza con
la convocatoria para acudir al Mundial sub-20 en Colombia. Pese a que casi
todos los rivales le superaban en edad, Butland no se amedrentó y defendió con
acierto su portería, solamente perforada en una ocasión por un combinado
nigeriano que fue el verdugo de los pupilos de Brian Eastick.
Después
de maravillar en tierras cafeteras, los grandes conjuntos ingleses se fijaron
en él pero el Birmingham reaccionó con celeridad renovando su vinculación
contractual. Sin embargo, la presencia de Boazz Myhill y su inexperiencia a
nivel profesional le cerraban las puertas de la titularidad en el primer
equipo. Por ello, como ocurre con muchos jóvenes en Inglaterra, fue cedido a un
club más modesto en aras de ganar experiencia para forjar su personalidad.
Aterrizó en la cuarta división del fútbol inglés de la mano del Cheltenham y,
junto a su compañero de generación Luke Garbutt, rápidamente se convirtió en
uno de los más destacados del equipo. Acumuló destacadas actuaciones dejando en
varias ocasiones su portería a cero y, tras varios regresos efímeros a St
Andrew’s, completó una campaña de intenso aprendizaje que iba a tener una
recompensa inesperada.
LOS JUEGOS OLÍMPICOS, SU PRUEBA DE FUEGO
La
escasez de porteros ingleses en la élite y sus excelentes actuaciones a los
órdenes de Stuart Pearce en el combinado sub-21 provocó la inclusión de Butland
en la lista de reservas para acudir a la Eurocopa. Una convocatoria
intrascendente de no ser por el contratiempo físico de Ruddy que obligó a
Hodgson a recurrir al joven guardameta del Birmingham para completar la
convocatoria de cara a Polonia y Ucrania. Jack coincidió con Hart, un compañero
que le ayudó a progresar con sus consejos. “Aprendí un montón de Joe, su
lección más importante fue que tengo que divertirme jugando. Antes cuando
cometía un error me ponía hecho un fiera, él me enseñó a pasar página” recuerda
el corpulento guardameta.
Admirador
de Peter Schmeichel desde niño, Butland tomó buena nota de su experiencia en
los entrenamientos de la Eurocopa y las puso en práctica defendiendo la
portería de Gran Bretaña en los Juegos Olímpicos. El Birmingham rechazó
elevadas ofertas del Southampton, Liverpool y Tottenham para convertirle en su
guardameta titular. La racha de buenas noticias para él continuó cuando un
infortunio físico de Joe Hart le hizo debutar a las órdenes de Hodgson en un
amistoso frente a Italia a finales de agosto.
Estar
continuamente en la primera plana del foco mediático no es fácil de digerir con
tan poca experiencia y esa presión pudo jugarle una mala pasada cuando encadenó
errores de bulto en los compromisos ligueros frente a Sheffield Wednesday y
Watford. Algún sector de la prensa le cuestionó por ello y, como los grandes
porteros, él respondió con grandes actuaciones en los encuentros posteriores.
Aún en proceso formativo, en Birmingham saben que deben tener paciencia para no
torpedear su progresión. Como ocurrió hace unas temporadas con Joe Hart, en St.
Andrew’s está el futuro de la portería de la selección inglesa.
1 comentario:
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