En el panorama
futbolístico actual, donde los focos mediáticos invaden por doquier, cada vez
es más difícil vigilar la progresión de un canterano ilusionante en un club con
longeva tradición en lo que a formación de talentos se refiere. Rooney, Bojan o
Balotelli son ejemplos de precocidad en el fútbol profesional, jugadores
acostumbrados a estar siempre en el punto de mira desde su adolescencia. Los
tres debutaron en la élite de sus respectivos países y celebraron su primer gol
antes de llegar a disputar los cinco compromisos ligueros estableciendo récords
de precocidad que, a posteriori, fueron superados. Tras dejar huella en el
archivo estadístico con sus goles, sus carreras tomaron rumbos contrapuestos,
del éxito al ostracismo pasando por la continua polémica con el ámbito
extradeportivo como ingrediente principal de una trayectoria repleta de
sobresaltos. Precisamente inquietud es lo que buscan evitar los técnicos del
Dinamo de Zagreb, que vigilan con mimo la progresión del debutante más joven
del campeonato croata, Alen Halilovic.
Halilovic pertenece a ese estirpe de jugadores
‘distintos’, aquellos que por su talento generan incertidumbre en el conjunto
rival cuando entran en contacto con el cuero. Su juego es como una bocanada de
aire fresco para su equipo y, en la mayoría de ocasiones aporta ese valor
intangible tan preciado llamado imprevisibilidad. Maestro del regate corto,
destila desparpajo en cada acción, dominando a la perfección el concepto de la
arrancada y la frenada para dejar clavado a su par. De escasa envergadura, su
bajo centro de gravedad le permite cambiar de dirección en carrera con suma
facilidad y le confiere una extraordinaria aceleración que aprovecha con
brillantez cuando encara. Exclusivamente zurdo, no confía excesivamente en su
pierna derecha pero subsana ese déficit con la electricidad de sus movimientos
y una buena orientación en los controles.
El
carril diestro es su punto de partida, el cebo con el que atraer rivales y
dejarles atrás para flotar por posiciones interiores que le permitan agujerear
entramados defensivos con mayor facilidad. Fino en la conducción, domina el
eslalon y serpentea entre zagueros, siempre con el cuero cosido a su pie
izquierdo, haciendo del dribbling su
mejor arma para desbordar a su par. Confiando en sus posibilidades, su bisoñez
le impulsa hacia el individualismo y aún cuenta con un amplio margen de mejora
respecto a la toma de decisiones. Su timming
de pase es otra de las áreas en las que debe encauzar su progresión, puesto
que a pesar de sus innatas condiciones técnicas no mide con precisión la
carrera de su compañero y comete errores en el momento de filtrar el balón.
Como
aquellos que reciben el apelativo de predestinados, desequilibra desde el plano
individual pero demuestra criterio en el apartado asociativo. Creativo por
naturaleza, imagina jugadas individuales de gran calado o pases que otros ni
siquiera intuyen. Los zagueros sufren cada vez que el balón se dirige a sus
pies pero los porteros no están exentos de ese temor y también deben aumentar
la tensión de su posicionamiento. Magistral en el golpeo, combina la precisión
con la suavidad. Envuelve el cuero con su pierna izquierda y halla los ángulos
de la portería como aquellos que llevan toda una vida perforando redes.
Generoso en la asistencia, demuestra sangre fría y define con sutileza a la
hora de batirse en duelo con el guardameta, elevando el cuero con suavidad de
manera casi automatizada. Es una joya bañada en talento que debe ser bien
pulida para no deteriorar su progresión.
Nacido
el 18 de junio de 1996 en Zagreb, Alen Halilovic llegó al mundo con la pasión
por el fútbol presente en los genes. Su padre, Sejad, era un centrocampista
bosnio que desarrolló su trayectoria deportiva en varios campeonatos de la
geografía europea. Con el esférico como juguete más valioso, Alen pronto empezó
a hacer diabluras con el balón y puso el primer pilar a su andadura
futbolística cuando ingresó en las categorías inferiores del Dinamo de Zagreb,
un club que se está especializando en alumbrar a los jóvenes más talentosos del
país desde el inicio del siglo XXI.
Dentro
de la entidad del Maksimir, Halilovic no dejó indiferente a nadie. Deslumbró a
técnicos, compañeros y rivales por su talento. Acaparó elogios y encadenó
actuaciones sobresalientes. Todos se sorprendían al ver sobre el terreno de
juego a ese zurdo de apariencia frágil que, sin embargo, sabía utilizar su
estructura corporal a la perfección. Sus excelentes condiciones no pasaron
desapercibidas para los técnicos de la federación croata, que le reclutaron
para liderar al combinado nacional sub-14. Escaló por los diferentes
escalafones inferiores de la selección balcánica formando una gran sociedad con
el también prometedor Josip Basic, atacante del Hadjuk Split, enemigo a batir
durante el encuentro de máxima rivalidad en el país.
Sus
actuaciones con la selección ajedrezada en categoría sub-17 le pusieron en el
escaparate europeo y varios clubes ingleses e italianos se interesaron en su
fichaje. Los directivos del Dinamo comenzaron a temer la pérdida de su estrella
en ciernes sin compensación económica, como se habían inquietado cuando
Halilovic tenía trece años y convenció a los técnicos del Real Madrid en un
período de prueba que pasó en la ciudad deportiva de Valdebebas. En ese
contexto de duda contractual, los técnicos presionaron a la directiva del club
de la capital croata y el joven Alen firmó un contrato profesional durante el
pasado verano.
A
pesar de que se aseguró su futuro profesional, Halilovic continuó en las
categorías inferiores para que las prisas no dinamitasen su progresión. Sin
embargo, la madurez que demostró en las categorías inferiores del club terminó
por catapultarle a la primera plantilla. Su estreno en la élite se produjo a
finales del mes de septiembre, ni más ni menos que en el encuentro de máxima
rivalidad ante el Hadjuk Split. Apenas fueron unos minutos pero bastaron para
demostrar que su talento y su osadía estaban por encima de la media. Menos de
un mes más tarde, ingresando al terreno de juego en la recta final del partido
volvió a aprovechar su oportunidad, encontrando la recompensa del gol y
convirtiéndose en el anotador más joven en la historia del campeonato doméstico
croata.
Esos
fulgurantes destellos volvieron a atraer la atención de grandes clubes de la
talla del Manchester City, Inter y Real Madrid. Comparado con Luka Modric por
su parecido físico, Halilovic ha encandilado a toda la prensa de su país.
“Tiene un talento increíble, en mi carrera no recuerdo a un jugador de tanto
talento” afirma Zoran Mamic, director deportivo del Dinamo de Zagreb, que no
escatima en elogios para la estrella emergente del fútbol croata. La
trayectoria del talentoso Alen no ha hecho más que comenzar y su fortaleza
mental determinará hasta dónde le llevará. Cautela, por el momento solo es un
adolescente prodigio.
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