lunes, 25 de marzo de 2013

ALESSIO ROMAGNOLI

Cuenta la leyenda que tras la muerte del rey Procas, su hijo Amulio usurpó el trono a su hermano mayor Numitor, obligando a su hija Rea Silvia a ingresar en el colegio de las vestales, condenada a una virginidad perpetua. Un castigo que incumplió cuando tuvo dos niños fruto de su relación con el dios Marte. Rea Silvia dio a luz a Rómulo y Remo, pero los tres fueron arrojados al río Tíber, donde la madre no pudo sobrevivir. Algo que sí lograron los hermanos, salvados milagrosamente y sacados del río junto al Palatino, donde fueron criados amamantados por una loba y recogidos por un pastor del rey. Así crecieron hasta convertirse en fundadores de la ciudad de Roma.

Extrapolando la legendaria historia al panorama futbolístico romano actual, Totti representa el espíritu de la loba que da de mamar a los cachorros que buscan fundar su propia historia en el primer equipo giallorosso. Desde que debutase en los comienzos de la década de los 90, numerosos jóvenes prometedores se han forjado bajo su brazo protector, un regazo de líder interminable que acoge a los recién llegados facilitándoles su adaptación tanto dentro como fuera del terreno de juego. Enseña los colmillos a sus adversarios y protege a sus crías, sustentando sus primeros pasos regalándoles asistencias. El último integrante destacado de la manada también crece con paso firme bajo su tutela. Todos le señalan porque su primera presa fue cazada gracias a las habilidades de la eterna loba. Su nombre, Alessio Romagnoli.

Romagnoli es un espigado central de gran temple y poderío aéreo. Su cara, al igual que su estructura corporal, le delata. Aún está en pleno proceso de formación y su desarrollo muscular está lejos de la perfección pero el choque, como buen titán italiano, no es algo que le amedrente. Aprovecha su estatura para imponerse en las alturas y aporta de forma notable en las jugadas de estrategia dentro de ambas áreas. Además de aprovechar su envergadura, sabe engañar al marcador o marcado para sacarle esa ventaja que le permite impactar con el cuero. Con algunas carencias de velocidad derivadas de su físico, sabe posicionarse para no verse perjudicado en los duelos individuales desde posiciones estáticas pero aún adolece de la experiencia necesaria para elegir la solución más acertada en algunos lances del juego, fruto de su bisoñez en el ritmo competitivo de élite.

Zurdo de buen registro técnico, conduce el cuero de forma pulcra y bate la primera línea de presión con elegancia y solvencia. Con la cabeza levantada, visualiza bien todas las opciones de pase y no duda en utilizar su pie derecho sin mermar en exceso su precisión cuando se ve obligado a ello. Sobriedad y eficacia, elimina rastros de nerviosismo y es consciente de que la seguridad está relacionada con el pragmatismo pero no es intrínseca a este. Con voluntad anticipativa, aún comete errores vinculados con el timming de sus entradas pero demuestra valentía confiando en su lectura de juego para provocar las pérdidas del rival. Sosegado para iniciar los ataques de su equipo, acompasa bien sus movimientos con los de sus compañeros de zaga y demuestra temperamento para ajustarse al funcionamiento colectivo.

Nacido en Anzio (una localidad cercana a la capital italiana) el 12 de enero de 1995, Alessio Romagnoli creció en Nettuno iniciándose en el mundo futbolístico de la mano del San Giacomo, modesto club de la región. Allí fue descubierto por el histórico extremo giallorosso Bruno Conti, con quien comparte el lugar en el que desarrolló su infancia. Proviene de una familia humilde pero Giulio, su padre, siempre se desvivió por acompañarle a los entrenamientos en Trigoria y traerle de vuelta a la casa familiar pese a las dificultades económicas. Un esfuerzo que fue más ligero con la ayuda financiera ofrecida por su ilustre paisano. Aficionado al beisbol y sin descuidar sus obligaciones académicas, Alessio fue cumpliendo su sueño, abriéndose paso con celeridad en los distintos escalafones de la cantera del club de sus amores.

Ubicado en la parte avanzada del terreno de juego, llegó a la cantera romanista ejerciendo un rol ofensivo y con Zinedine Zidane como referente. Sin embargo, los técnicos de la entidad capitalina supieron vislumbrar sus aptitudes defensivas y fueron retrasando su posición en el campo hasta consolidarle en el eje de la zaga. Allí se convirtió en el mariscal, un zaguero espigado que se enfrentaba a rivales superiores en edad pero no tanto en fortaleza, merced a su prematuro desarrollo físico. Su determinación en el marcaje, su capacidad de liderazgo e incluso su facilidad para intimidar al guardameta rival en jugadas de estrategia le convirtieron desde sus inicios en uno de los talentos a seguir dentro del entramado juvenil de la escuadra giallorossa.

Montella, Stramaccioni o Alberto de Rossi fueron algunos de sus entrenadores más ilustres y piezas claves para acelerar su meteórica progresión. Esas enseñanzas de primer nivel (los dos primeros entrenan a grandes conjuntos de la Serie A actualmente) le convirtieron en el zaguero versátil que escaló peldaños dentro de las competiciones juveniles a velocidad de vértigo sin que su crecimiento se mermase en los períodos de tiempo claves para desarrollar su formación. Stramaccioni le ayudó a fortalecer su disciplina táctica y con Montella adquirió automatismos básicos para defender en inferioridad numérica, fruto del gusto por la apuesta ofensiva de l’aeroplanino. Ávido para absorber todas las lecciones de sus tutores deportivos, a Romagnoli no le otorgaban el brazalete de capitán por casualidad, como tampoco era fruto del azar que vistiese la maglia azurra en las diferentes categorías inferiores de la federación italiana.

Tras convertirle en uno de los jugadores más jóvenes en firmar un vínculo contractual como profesional para ahuyentar los intereses de otros equipos, la pasada campaña llegó al conjunto Primavera, a las órdenes de Alberto de Rossi, quien en un ejercicio de cautela con su evolución decidió dosificar sus minutos de competición. Pese a no disfrutar de una regularidad tan elevada como en años precedentes dejó algunos destellos de su potencial y aportó su granito de arena para que su equipo se coronase campeón de la Coppa Italia en su categoría. Al final de la temporada su técnico no dudó en referirse a él como “el más joven del grupo, pero de gran seriedad. Presta atención y quiere mejorar. Muy concentrado cuando se le da la ocasión de jugar en los partidos importantes” afirmó valorando sus condiciones.

Las referencias de los técnicos de cantera eran óptimas, así como el respaldo de Walter Sabatini, director deportivo, que no dudó en recomendar a Zeman su ascenso al primer equipo. El técnico checo, siempre predispuesto a otorgar confianza a las jóvenes promesas, le reclutó para realizar la pretemporada e ilusionó con sus actuaciones en encuentros amistosos pero una inoportuna lesión truncó sus esperanzas de luchar por un puesto con los centrales más experimentados. Aún así, supo ser paciente y esperar la oportunidad para estrenarse oficialmente como profesional. Fue el pasado mes de diciembre cuando cumplió su sueño de pisar el Stadio Olímpico desde el pitido inicial en el duelo copero frente al Atalanta. “En general prefiero hablar del colectivo, pero esta vez quiero felicitarle. Ha estado muy bien y siempre lúcido” declaraba Totti definiendo la actuación del bisoño zaguero.

Poco más de una semana después volvió a gozar de unos minutos como solución de emergencia para paliar la cartulina roja que vio Marquinhos en los compases finales de la victoria frente al Milan. Tanto el brasileño como el romano eran considerados por Zeman como el futuro del eje de la zaga romanista, pero hasta ahora nunca han coincidido en el rectángulo de juego. Ya con Andreazzoli a los mandos de la nave, una lesión del ex central del Corinthians volvió a abrir las puertas de la titularidad para el joven formado en Trigoria. Panorama perfecto para mostrar su valía que Alessio no desaprovechó. Cuajó una buena actuación engalanada con un preciso testarazo para poner en ventaja a su equipo y desató los elogios de la prensa nacional.

Su agente Federico Cavalli, ante esta situación, pide calma: “es un chico del 95, muy serio. Un profesional ejemplar. Dejémosle crecer. Si un club importante te pone en el primer equipo así de joven es porque lo mereces, por la seriedad y el empeño. Pero ahora, Alessio pretende confirmarse, es un jugador de gran futuro”. Escucha atento las indicaciones tácticas de Burdisso y los consejos en la salida de balón del brasieño Castán en busca de mejorar día a día. Su objetivo está claro, afianzarse en el Olímpico. Totti ya ha apadrinado a un nuevo cachorro.


1 comentario:

edgar 12 dijo...

Grandisimo blog amigo. Apenas lo "descubri" me estoy pasando por todas las entradas anteriores.

Muy buena investigación, buena elección de jugadores y mejor aún la elaboración de la entrada.

Felicidades y seguiré atento constantemente a tu blog.

Saludos.