Amparada en una pegada
demoledora, Nigeria superó a todos sus adversarios y conquistó el
tetracampeonato para auparse en la primera plaza del palmarés histórico de la
competición. Fue la recompensa a una selección vertical, que atacaba en tromba
y nunca desaprovecha de aumentar el marcador como sí ocurría con otros
combinados más especuladores como el argentino. La edición que finalizó ayer
constituyó una debacle europea, en la que solamente la debutante Suecia salvó
el honor con una medalla de bronce cimentada en su sorprendente carácter
competitivo. A Italia no le bastaron las intervenciones salvadoras de su
guardameta Scuffet y sucumbió en octavos de final ante la subcampeona México,
verdugo en la siguiente ronda de un combinado brasileño que se estrelló en los
once metros después de completar una excelente fase de grupos. Uruguay gustó en
la primera fase y los octavos de final, pero sucumbió en el segundo duelo a
vida o muerte ante el talento de Iheanacho y la pegada de Awoniyi, piezas clave
de un arrollador conjunto nigeriano que conquistó con justicia un Mundial que
como siempre ha dejado nombres a tener en cuenta.
ONCE IDEAL
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Augusto Batalla (Argentina)
El
portero más maduro de todos los presentes en tierras asiáticas. Guardameta que
eleva la sobriedad a su máximo exponente. Con alma de líder transmite una
inusitada sensación de seguridad, solamente puesta en entredicho con envíos
aéreos cruzados. Dominador de su área, aúna reflejos, envergadura y buena
colocación. Inteligente para interpretar el curso de la jugada, aprovecha bien
su corpulencia para reducir el ángulo al atacante en el uno contra uno. Su
enrabietada expulsión en semifinales fue el único lunar en una pulcra
actuación.
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Muhammed Musa (Nigeria)
Capitán
y líder de la zaga, se mostró como el as en la manga de un combinado nigeriano
osado por antonomasia. Lateral de largo recorrido, incansable en sus
irrupciones ofensivas y engañoso respecto a sus aportaciones en campo
contrario. Aparentemente tosco en la conducción, aprovecha bien la amplitud de su
carril y demostró un notable tacto para asistir a los atacantes con envíos
cruzados. Atrevido para probar fortuna con su potente disparo desde larga
distancia, aunque tácticamente está por pulir cubre bien su zona escudado en
sus condiciones físicas.
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Emmanuel Mammana (Argentina)
El
pilar sobre el que se cimentó todo el edificio defensivo de la ‘albiceleste’. Central
disciplinado tácticamente, sereno en sus acciones y acertado para solventar
transiciones defensivas en inferioridad numérica. Concentrado para realizar las
coberturas al lateral de su zona, demuestra habilidad al cruce cuando bascula a
los costados. Aún se siente incómodo lejos de su área, pero muestra detalles
interesantes en la anticipación. Con criterio para batir la primera línea de
presión rival, es importante en las jugadas a balón parado de ambas áreas.
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Salomón Wbias (México)
Representa
el perfil de central moderno, capaz de frenar a su marcado con automatismos
defensivos pero con buen nivel técnico para ser un elemento fundamental en el
inicio de las jugadas. Jerarca absoluto en la salida de balón, demostró osadía
en los once metros frente a Brasil y batió con asiduidad líneas de pase tanto
asistiendo como en conducción. Eficaz en las batallas aéreas, destacó en las
jugadas de estrategia y voluntad para anticiparse a los movimientos del
delantero lejos de su área. Debe controlar su ímpetu en los balones divididos.
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Joaquín Ibáñez (Argentina)
Aunque
perjudicó seriamente a su selección con su cartulina roja en la premia parte de
las semifinales, ejerció con frecuencia como desatascador de un especulativo
combinado argentino. Lateral zurdo de marca vocación ofensiva que añade olfato
goleador a su capacidad para repartir asistencias desde el costado. Potente en
la zancada y siempre dispuesto a doblar a su extremo, debe mejorar en el
repliegue. Aún precipitado a la hora de elegir la mejor opción en campo
adversario, colabora en las jugadas a balón parado merced a su buen hacer en el
juego aéreo.
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Chidiebere Nwakali (Nigeria)
De
menos a más a lo largo del torneo, terminó constituyéndose como un elemento
fundamental para equilibrar el dinamismo extremo de su selección. Capaz de
sujetar al atrevido conjunto nigeriano, a su buen posicionamiento agregó un
notable despliegue físico. Discreto pero efectivo, uno de las claves para el
excelente funcionamiento colectivo del campeón y frecuente lanzador de sus
fulgurantes contragolpes a través de buenos desplazamientos en largo hacia los
costados. Versátil para jugar como pivote único, acompañado e incluso en el
centro de la zaga.
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Elias Andersson (Suecia)
Su labor
fue capital para que el combinado nórdico conquistase la tercera plaza y
alcanzase tan alto grado de competitividad. Desde la posición de mediocentro,
dinamitó el juego ofensivo rival y comenzó a elaborar el de su país con su
sedosa zurda. Por momentos excesivamente pausado, no siempre es profundo pero
denota criterio para conservar la posesión y ofrece líneas de pase a sus
compañeros para ofrecer soluciones al poseedor del cuero. Participativo e
inteligente en la lectura de juego, reúne elegancia y precisión para sacar
réditos a su golpeo a balón parado.
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Kelechi Iheanacho (Nigeria)
Mejor
jugador y segundo máximo artillero de la competición. Creatividad y gol para un
jugador diferencial en los encuentros de mayor dificultad. Zurdo dinámico y
clarividente en las proximidades del área rival para filtrar envíos en
profundidad. El costado diestro fue su punto de partida pero sus movimientos
abarcaron todo el frente del ataque. Capaz de desequilibrar desde el plano
individual y desde el colectivo, aún debe pulir su intermitencia. Habilidoso en
la conducción y el regate, atesora un preciso disparo desde media distancia.
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Nathan (Brasil)
Aunque
su selección no logró un hueco entre las cuatro mejores del torneo, estuvo
presente en el reparto de premios al ser galardonado con el balón de plata.
Talentoso y dinámico mediapunta con facilidad para generar ocasiones de gol.
Habilidoso en el manejo del cuero y acertado en la asociación, demostró cambio
de ritmo, último pase y acierto goleador para destrozar las defensas rivales.
Imprevisible por su facilidad para crear peligro desde cualquier zona del
ataque, mostró poco liderazgo cuando el panorama fue adverso ante México.
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Musa Yahaya (Nigeria)
Un año
menor que la mayoría de participantes en la competición pero una de las armas
más peligrosas de la selección campeona. Ya fuese cerca del costado izquierdo o
detrás del delantero, fue capaz de plasmar su atrevimiento y excelente manejo
del cuero con ambas piernas para destrozar a las defensas. Maestro absoluto del
amago y la finta, resquebrajó las zagas rivales con su habilidad para el regate
y su clarividencia en la asistencia. Punzante en la diagonal, se asocia con
facilidad en el balcón del área y arma rápido el disparo desde media distancia.
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Valmir Berisha (Suecia)
Comparado
por apariencia física y orígenes familiares con Zlatan Ibrahimovic, demostró
una regularidad anotadora aplastante y conquistó la bota de oro del torneo.
Potente en la zancada e incisivo para atacar los espacios, demuestra osadía y
variedad de registros en la finalización de las jugadas. Bien formado
físicamente, aúna criterio y habilidad para aguantar el cuero de espaldas. Una
delicia para las incorporaciones de los centrocampistas desde segunda línea. Su
corpulencia le resta velocidad en carrera pero no obstaculizo su oportunismo dentro
del área.
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1 comentario:
kevin mendez de uruguay no entraba en el oro
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