Antes
de ajusticiar a los guardametas rivales, era él quien fabricaba las jugadas.
Antes de compartir vestuario y terreno de juego con sus ídolos, solamente era
aquel niño que había abandonado su Reading natal y esbozaba una sonrisa de
oreja a oreja al comprobar cómo tenía a su lado al gran capitán del Chelsea
antes de inmortalizar ese momento.
Una
fotografía que corrió como la pólvora en las redes sociales después del debut
de aquel crío en la máxima competición continental en Stamford Bridge sin haber
alcanzado la mayoría de edad. La instantánea, colgada en su perfil por John
Terry, recogía a un Terry que comenzaba a vivir sus primeras noches gloriosas
en Europa con un Dominic Solanke de apenas sólo siete años que acababa de
enrolarse en la disciplina ‘blue’. “Estoy realmente orgulloso de que Dominic
Solanke haya realizado su debut con el primer equipo, felicidades compañero y
créeme que es la primera de muchas con la camiseta del Chelsea”, fue el texto
que el central escribió para acompañar el documento gráfico.
Era la
bendición del encargado de levantar la única Champions League que el club luce
con orgullo en las vitrinas de Stamford Bridge a la joya más lujosa de la
Academia. Presente y futuro codo con codo en un documento que desde la entidad
confían en que adquiera carácter premonitorio. En el seno del cuadro londinense
todas las esperanzas están depositadas en que el tempranero debut de Solanke
sólo sea la primera página de un longevo y exitoso historial con la casaca blue para coger el testigo del actual portador
del brazalete de la primera plantilla.
“Me
gusta coger el balón y hacer internadas, pero también me gusta trabajar atrás y
mezclarme con los defensas para que no sepan lo que hago. En el Chelsea hay muchos jugadores de clase mundial, por lo
que hay que seguir trabajando y la oportunidad llegará”, reconocía Dominic
Solanke a la web del Chelsea en octubre de 2014, después de cumplir su sueño de
estrenarse con el primer equipo en un choque de Liga de Campeones frente al
Maribor. “Estoy en la luna con mi debut. Casi debuto el otro día, pero esto ha
sido más especial, en Stamofrd Bridge”, indicaba entusiasmado el delantero al
comprobar la confianza depositada por Mourinho en él.
“Fue
una noche que no olvidará. Seguro que jugará muchos partidos de Champions
League porque será un buen jugador”, aventuró el técnico luso, que se decidió a
dar la alternativa al atacante de ascendencia nigeriano después de sus
magníficos registros anotadores en las categorías inferiores del club.
Comparado con Diego Casto, Solanke es menos combativo, pero más fino y ya con
hechuras de delantero de élite pese a su temprana edad, un perfil físico del
gusto del de Setubal, que prefiere dosificar ante la presión mediática al
goleador de una camada que ha arrasado en las competiciones formativas los
últimos años.
Entre
esa base prometedora integrada por los Christensen, Loftus-Cheek, Musonda y
Boga, Solanke era el delantero ‘moderno’ que aterrorizaba a las zagas. Un
atacante que aúna unas innatas condiciones físicas con una buena formación
técnica. Con la portería siempre entre ceja y ceja, pero lejos del perfil
clásico de matador de área. Domina casi todas las suertes de un ‘9’; es
oportunista, potente en carrera e inteligente para realizar desmarques de apoyo
y dar continuidad a la jugada. Elegante y dinámico, aunque rehúye el choque más
de lo habitual en un ariete británico, juega de espaldas y de cara a portería,
con un remate al primer toque de alto nivel. En ocasiones demasiado conformista
en sus recepciones adoleciendo de movimientos de ruptura, sabe ejercer el rol
de asistente y en la zona de castigo es letal, con una sangre fría propia de
los goleadores de alto nivel cuando desafía mano a mano al guardameta.
Ese
instinto asesino, su inteligencia para leer el curso de la jugada y una notable
estructura corporal aún en proceso de desarrollo son ingredientes lujosos en la
cocción de un gran delantero que los hinchas ‘blues’ paladean con ilusión
después del mal sabor de boca de un menú de jóvenes ilusionantes a los que el
club tuvo que retirar de la carta. Mancienne, McEachran, Lucas Piazón, Borini o
Kakuta, la lista de ‘juguetes rotos’ es extensa y desde el seno del club, con
Mourinho a la cabeza, se trabaja con la cautela como norma principal para no
desperdiciar esta hornada de jóvenes talentos.
“Si
dentro de unos años Lewis (Baker), Isaiah (Brown) y Dominic (Solanke) no son
jugadores de la selección absoluta, yo debería a culparme a mí mismo. Ellos son
parte de un proceso que el club comenzó sin mí, pero ahora tengo chicos que
serán jugadores del Chelsea. Con 17 años ellos tienen que entrenar con nosotros
y jugar con los sub 21”, aseguraba José Mourinho el pasado verano cuando se
refería a los jóvenes que hacían la pretemporada con la primera plantilla destacando
a ese cuarteto de perlas en su cantera entre la que se destacaría el ariete
nacido en Reading con su estreno en la Liga de Campeones. Esa noche fue el
broche de oro para un 2014 de ensueño para Dom, como se le conoce en el
vestuario londinense.
Un goleador de récord
Solanke
había cerrado la campaña 2013/2014 con celebraciones, primero la de la
consecución del Europeo sub 17 con Inglaterra, en la que se erigió en pieza
clave de los pross y máximo goleador
del torneo junto al holandés Jari Schuurman, y posteriormente la de la FA Youth
Cup, en la que volvió a dejar su sello con un doblete en el partido de vuelta
para doblegar al Fulham en Stamford Bridge, Méritos más que suficiente para ser
premiado con el galardón de mejor jugador inglés joven del año. Lo recibió de
manos de Wayne Rooney, con el que compartiría entrenamientos en la selección
absoluta después de ser reclutado por Roy Hodgson para ejercitarse con el
combinado nacional absoluto cubriendo el hueco del lesionado Sturridge.
El gol
en las competiciones juveniles inglesas llevaba el sello de Solanke el año
pasado y el atacante londinense lo ha confirmado y trasladado a nivel
continental en este 2015. Máximo artillero de la Uefa Youth League con 12
dianas superando el registro establecido por Munir en la primera edición del
torneo, tres de ellas fueron en la final a cuatro disputado en Nyon para ayudar
a su equipo a proclamarse rey juvenil del fútbol europeo. El conjunto dirigido
por Adi Viveash lograba sacarse la espina de la campaña anterior, en la que el
Schalke les eliminó en el único encuentro en el que los ingleses han sucumbido
en esa competición.
La
victoria en competición europea fue el preludio de otra fiesta ‘blue’, ya que
ayer revalidaron su título de campeón ante el Manchester City en la prestigiosa
FA Youth Cup, en la que Dominic Adoleye Solanke-Mitchell, el nombre que figura
en su documento de identidad, estuvo más discreto que en los dos duelos finales
de la anterior campaña. Pese a ello, dejó su impronta goleadora para cerrar la
victoria en el choque de ida. Una muesca más en la culata de este artillero, al
que Southgate medita convocar para disputar el Europeo sub 21 de este verano.
Sería otro peldaño más en la ascensión de un joven ariete con un futuro
inmediato tan prometedor como difuso. “La próxima temporada tiene dos caminos.
Para mí sería un gran error irse cedido a otro club en Inglaterra o en Europa”,
señala José Mourinho, que tiene claro cuál sería el sendero correcto por el que
guiar su progresión: “Quedándose en el
Chelsea, entrenando con el primer equipo, haciendo la pretemporada y
reemplazando en algunas ocasiones a los delanteros principales y jugando cada
semana con los sub 21 o sub 18 no necesitaría irse fuera cedido. Él necesita ir
paso a paso y en un par de años será un jugador del primer equipo”. Paso a
paso, con su potente zancada, Solanke quiere recorrer un largo trayecto en
Stamford Bridge.
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