Feudo
de un conjunto estigmatizado por practicar un fútbol directo durante las
últimas campañas, no era Craven Cottage un estadio que disfrutase de ese juego
asociativo y coral que tanto gusta a los holandeses. Un estilo futbolístico
caracterizado por los continuos envíos en largo de los zagueros y las
vertiginosas transiciones en la medular parecía completamente arraigado en el
feudo londinense. Por ello se antojaba más que complicada la valiente labor
iniciada por Jol para transformar al Fulham en un equipo vistoso. Esa forma de
concebir los partidos que la hinchada ya sentía como suya dificultó la
reconversión propuesta por el veterano técnico, que decidió superar ese
obstáculo dando un rol preponderante a sus futbolistas más talentosos en la
línea de tres cuartos. Tras un inicio dubitativo, los cottagers continúan buscando los resultados que les permitan
consolidar el estilo del nuevo proyecto. Un
proyecto en el que, por condiciones y atrevimiento, está destinado a encajar Kerim Frei.
Kerim Frei es un centrocampista ofensivo muy
habilidoso en la conducción del cuero. Potente en carrera, cambia el ritmo con
facilidad y es muy descarado a la
hora de encarar a su par, consciente de
que sus dotes técnicas le confieren
una gran ventaja en ese duelo individual. Atesora una buena lectura de juego, interpretando de forma brillante los
mecanismos del engranaje colectivo, lo que provoca que suela tomar la decisión más acertada. Dinámico, no duda en moverse para entrar
en contacto con el cuero pero su
endeblez física le impulsa a la irregularidad dentro del encuentro. Un
hándicap que impide que salga victorioso de la pugna cuerpo a cuerpo con su
marcador, del mismo modo que le hace pasar desapercibido en encuentros broncos.
Imaginativo, maneja bien todas las superficies
de contacto, lo que le convierte en imprevisible cuando encara a su par,
pero debe mejorar en el repliegue para facilitar a sus compañeros la presión
sobre el rival.
Un
futbolista que parte desde el costado
pero con mucha tendencia a aparecer en posiciones centrales, consciente de
que es ahí donde puede hacer más daño. De hecho, los técnicos de la academia cottager
le definen como un ‘10’. Clarividente en la zona de tres cuartos,
posee la precisión necesaria para filtrar pases a la espalda de la zaga rival.
Inteligente a la hora de recibir el cuero, ofrece una línea de pase a sus
compañeros y saca provecho de su primer toque con sus magníficos controles
orientados. Poseedor de un gran golpeo,
ejecuta con eficacia las jugadas a balón parado. Además de ser un brillante
asistente, su facilidad para ocupar los
espacios y aparecer por sorpresa en el área rival le permiten aportar
también en el apartado goleador.
Nacido el 19 de noviembre de 1993 en la ciudad austriaca de Feldkirch, la vida de este joven talento viene marcada por la multiculturalidad. De padre turco y madre marroquí, desarrolla su infancia en Suiza guiándose
por los dictados de la religión
musulmana. En el país helvético comienza su relación con el balón. Decide enrolarse en las filas del
Grasshoppers, entidad que se está caracterizando por formar a jugadores que
integran las categorías inferiores de la selección suiza. Quemó peldaños en la
cantera del club de Zurich hasta que, a los
dieciséis años, decidió dar un salto en su breve carrera.
Con su
habilidad y desparpajo conquistó a los
ojeadores del Fulham y decidió poner rumbo a Londres en el mercado invernal de
la temporada pasada. En la academia cottager
no demoró su adaptación y rápidamente se
convirtió en uno de los pilares del conjunto sub-18, una escuadra que llegó hasta la final de su competición
liguera. Dado su extraordinario rendimiento y su facilidad para enfrentarse
a nuevas situaciones a una velocidad de vértigo, los técnicos del club londinense decidieron que su ascenso a la primera
plantilla era la decisión más acertada.
LA EUROPA LEAGUE COMO
ESCAPARATE
Todas las declaraciones halagüeñas hacia al joven realizadas por sus antiguos técnicos se refrendaron con su brillante encuentro
en la Carling Cup frente al Chelsea. En Stamfrod Bridge deslumbró a propios
y extraños, completando una magnífica actuación que le encumbró como man of the match. Los tabloides
británicos se deshicieron en elogios hacia él, pero Martin Jol decidió reservarle en los siguientes encuentros para
liberarle de presión y asentarle mentalmente. Frei supo ser paciente y
aprovechar las ocasiones de brillar que le brindasen. Así lo hizo en el
decisivo duelo de Europa League ante el Odense en el que volvió a hacer gala de
su talento.
Era un
choque a vida o muerte, en el que los
ingleses necesitaban la victoria para continuar en la competición y Kerim
allanó el terreno en menos de media hora con un gol y una asistencia. Sin
embargo, sus compañeros no estuvieron a la altura y cayeron eliminados tras la
remontada del cuadro danés en el segundo periodo. La despedida europea parecía
significar una reducción de oportunidades para el talentoso suizo pero
finalmente no fue así, puesto que Jol supo recompensar su gran desempeño en la
competición continental con el debut en la Premier League.
Su estreno liguero fue tan fulgurante como en
otros torneos. Saltó al terreno de juego en la segunda mitad con victoria por la mínima del Swansea en el
Liberty Stadium y ocho minutos más
tarde ya había provocado una pena máxima
para intentar equilibrar la contienda. Su osadía había cautivado de nuevo tanto
a la afición como a los medios de comunicación. El técnico holandés se
rindió a la presión popular y,
quince días más tarde, su talentoso
pupilo disfrutaba de la titularidad otra vez en Stamford Bridge. Internacional sub-19 por Suiza, cada vez
está más asentado en Craven Cottage, un estadio que pretende disfrutarle
durante muchos años.
1 comentario:
Keim frei es turco
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