Al
ritmo de Quintero, Colombia se coronó campeona. Argentina y Brasil
monopolizaron la atención mediática por su fracaso durante la primera fase,
incluso Chile acaparó elogios por el extraordinario rendimiento de sus
atacantes, pero los ‘cafeteros’ supieron aprovechar sus oportunidades mostrando
una solidez que fue in crescendo de la mano de su futbolista más talentoso,
asimismo el jugador más destacado de la competición. En el tramo decisivo, la
nota dominante fue el alto grado de competitividad, propiciada por la prematura
eliminación de los dos colosos del continente que igualaron sobremanera el
nivel colectivo de los seis supervivientes en el hexagonal final. Y ahí fue
donde se impulsó Colombia, con una sólida defensa encabezada por su guardameta
Bonilla y una medular imaginativa que surtió de numerosísimas ocasiones de gol
para unos arietes que supieron aportar su granito de arena en el apartado
anotador.
La
segunda línea colombiana fue la clave para superar en la carrera de fondo a una
correosa selección paraguaya que se proclamó subcampeona. Nieto y Quintero
fueron el desequilibrio y la pausa, la asistencia y el gol, los pilares ornamentales
que permitieron anexionar a un ambicioso conjunto colombiano. Un disciplinado
conjunto guaraní, una interesante selección uruguaya y una selección chilena
que fue de menos a más acompañarán a la campeona Colombia en el Mundial de la
categoría para el que otorgaba plazas esta competición que siempre descubre
futuras estrellas.
LOS PROTAGONISTAS
Ya sea de los principales clubes
del continente o de conjuntos europeos que buscan talento puro a bajo coste,
los ojeadores siempre siguen con lupa el Sudamericano sub-20 y los presentes en
esta edición recién finalizada no se habrán ido con sus libretas sin estrenar.
Individualmente esta competición ha tenido de todo, desde fracasos absolutos
por las altas expectativas previas hasta consolidaciones de jugadores que ya
habían dejado destellos de su valía en sus respectivos clubes, sin olvidar a
los ‘debutantes’ en el primer nivel competitivo que sorprendieron a propios y
extraños por su elevado rendimiento. Estos fueron los 11 destacados:
Bonilla (Colombia): ya había disputado el pasado Mundial sub-20 y por lo
visto en esta competición adquirió buenas enseñanzas de aquella experiencia.
Guardameta de gran presencia física no exento de agilidad y personalidad,
facultades que exprime en el uno contra uno. Siempre atento y ágil para llegar
a palos, demostró dotes de manda y jerarquía para liderar a su línea de
zagueros.
Guillermo Varela (Uruguay): lateral diestro luchador y siempre predispuesto para
buscar la pugna física con su par, confiado en su capacidad para salir
victorioso de los duelos individuales. No es un dechado técnico pero su
voluntad colectiva y su fondo físico le permiten aportar profundidad a los
ataques de su equipo sin generar desequilibrios tácticos en la defensa zonal.
Lichnovsky (Chile): sus experiencias con la primera plantilla de la
Universidad de Chile le permitieron afrontar con mayor holgura este torneo.
Dotado de una buena estructura física, interpreta bien el juego y frena a su
marcado sin necesidad de recurrir a la agresividad, además de atesorar los
fundamentos tácticos necesarios para ofrecer una aseada salida de balón.
Balanta (Colombia): imponente por su planta física, además de su
corpulencia demostró automatismos defensivos que de ser potenciados le pueden
hacer dar el salto al continente europeo en un futuro no muy lejano. Pese a las
carencias de velocidad derivadas de su envergadura no sufre en exceso cuando
abandona su radio de acción habitual. Formó una gran pareja con Vergara en el
eje de la zaga.
Balbuena (Paraguay): era una de las pocas excepciones ofensivas dentro de
un poblado y contundente entramado defensivo paraguayo. Lateral izquierdo de
delicado toque de balón que se erigió en uno de los mejores socios para el
poderío aéreo de su compañero Cecilio Domínguez. Enérgico en sus acciones,
demostró versatilidad para adaptarse a los dibujos tácticos de su
seleccionador.
Guarderas (Perú): sus problemas físicos en algunos partidos del
Hexagonal final le relegaron a la suplencia, pero a grandes rasgos fue el motor
de una sorprendente selección peruana que se quedó a las puertas del Mundial.
Le da pausa a los partidos porque no se siente cómodo en la exigencia física,
demuestra criterio en la distribución y buenos fundamentos tácticos para aportar
colectivamente sin balón.
Cristóforo: a
pesar de algunos partidos de rendimiento discreto, demostró ser el mediocentro
con más oficio de la competición. Con capacidad para dirigir el juego ofensivo
de su selección, bien dotado a nivel técnico e inteligente a la hora de
seleccionar los pases adecuados. Con recorrido para sumarse al ataque y batir
líneas de presión, su avanzada interpretación del juego le permite aportar en
el repliegue.
Rabello (Chile): el protagonista de la mayoría de acciones ofensivas de
su combinado. Habilidoso, rápido, participativo y con un carácter peculiar que
en ocasiones le juega malas pasadas. Atesora un golpeo de balón que explota en
las jugadas de estrategia, su dinamismo le permite generar numerosas
recepciones ventajosas cerca del área rival y conduce bien el cuero en los
contragolpes.
Quintero (Colombia): el futbolista más destacado de todos cuantos
participaron. Talentoso y dinámico, su educado pie izquierdo y su
extraordinaria lectura de juego le permiten generar ocasiones de gol con
relativa facilidad. Ya sea cerca del área rival o lejos de ella, siempre suma
en los ataques posicionales de su equipo. Puede batir líneas con su conducción
y elimina rivales con su mordaz regate corto. Una estrella en ciernes.
Nico López (Uruguay): solamente el acierto goleador de Quintero le impidió
proclamarse máximo goleador de la competición. Capaz de rendir cerca de un
costado o paralelo a un punta de referencia, es un atacante rápido, osado en su
juego y vertical. Pícaro para moverse entre líneas, influye más allá de la zona
de remate y ayuda a generar huecos en las zagas. Resolutivo con su pierna
izquierda, fue de más a menos.
Nico Castillo (Chile): aprovechó la baja de Ángelo Henríquez para
constituirse como punto de referencia en la vanguardia chilena. Excelentemente
formado en el apartado físico, su contundencia en el remate no ensombrece su
desempeño fuera del área de castigo. Desahoga a su equipo ganando los duelos
aéreos, cae a bandas, saca provecho de sus controles para no obstaculizar el
ritmo del ataque colectivo y su amplia variedad en la finalización de las
jugadas le permite sorprender a los guardametas.
Otros jugadores interesantes
PORTEROS
Diego Morel (Paraguay) es un sobrio guardameta que
transmite seguridad ante sus acciones, con una buena formación técnica en el
blocaje. Darío Melo (Chile) es un portero de
grandes reflejos y elasticidad, bueno en el juego con los pies pero con
problemas en las batallas aéreas por su falta de envergadura.
DEFENSAS
Jherson
Vergara (Colombia) es un
central de gran poderío físico, fuerte, contundente al cruce y con capacidad
para imponerse en las disputas aéreas de ambas áreas. Le penalizan sus
carencias en la lateralidad. Gustavo
Gómez (Paraguay) explotó su colocación y buena interpretación del juego para ofrecer
seguridad en el eje de la zaga, pero pasó apuros ante delanteros con el
dinamismo por bandera. Gastón Silva (Uruguay) es un central muy
jerárquico, anticipativo, atento a las coberturas e imponente en el juego aéreo
pero con más dificultades para defender en campo abierto, con presión alta de
su equipo. Marlon Mejía (Ecuador) es un central de liviana
presencia física y correcto desplazamiento en largo al que su excesiva
serenidad le induce a cometer errores tácticos difíciles de subsanar en el
transcurso de alguna jugada. Christian
Palomeque (Colombia) es un versátil lateral izquierdo que hizo de la profundidad su
mejor arma. Con grandes condiciones atléticas para aparecer en campo contrario,
también partiendo desde posiciones más adelantadas. Debe mejorar ciertos
conceptos relativos a la defensa colectiva.
CENTROCAMPISTAS
Sebastián Martínez (Chile) es un mediocentro de elevado nivel técnico que atesora
un excelente criterio en la distribución. Preciso en el pase, su visión de
juego explotó el talento de sus compañeros en la vanguardia y otorgó fluidez a
la circulación de balón. Inteligente en lo táctico, un progreso en la
resistencia le aportaría un plus diferencial en todos los ámbitos. Sebastián Pérez (Colombia) es un centrocampista
que ofrece un buen trato al cuero. Elegante en el golpeo y con facilidad para
dar continuidad a la circulación del cuero, sus lagunas tácticas y su poco
desarrollo físico le penalizan en exceso actuando en el doble pivote. Pedro Azogue (Bolivia) demostró ser un
mediocentro maduro, con oficio y excelente rigor táctico para obtener ventajas
desde su posicionamiento en el terreno de juego. Echó en falta mayor
colaboración colectiva. Diego Laxalt (Uruguay)
hizo de la movilidad una de sus mejores armas y adquirió gran protagonismo en
su conjunto tanto ofensiva como defensivamente. En varias ocasiones pecó de
precipitación.
Mauricio Cuero (Colombia) es un
potente extremo diestro que aprovecha sus dotes físicas para poner en aprietos
a su marcador. Con carencias evidentes a nivel técnico, estira el campo y se
muestra constante en sus incursiones individuales. Juan Pablo Nieto (Colombia) es un futbolista con grandes dotes técnicas que
exhibió su talento para ofrecer fluidez a los ataques posicionales de su
conjunto. Desequilibrante desde el plano individual y colectivo, influyente por
dentro y por fuera, debe subsanar su intermitencia. Diego Rolán (Uruguay) es un atacante incisivo, con frescura física para
atacar los espacios y facilidad para finalizar las jugadas. Partió desde la
banda derecha pero con mucha disposición a pisar área. Christian Benavente (Perú) es un mediapunta talentoso y osado con gran facilidad
para el regate en carrera y buena visión de juego para el último pase. Su
indolencia y desconexión en algunas fases del encuentro representan sus mayores
lunares. Johnny Uchuari (Ecuador) es un
mediapunta de escasa presencia física que hace de cebo desde los costados para
generar peligro en zonas interiores. Gran conducción en carrera y disparo desde
media distancia. Christian Cuevas (Chile) es
un extremo izquierdo enérgico, osado, incisivo y con facilidad para deshacerse
de su par en el uno contra uno. Su área de mejora reside en la toma de
decisiones.
DELANTEROS
Jhon Córdoba (Colombia) demostró
dominar varias suertes del ‘9’ que le auguran un buen porvenir. Resolutivo en
la definición gracias a su buen disparo, desahoga el juego gracias a su buen
hacer de espaldas al marco rival, pero no es desdeñable su capacidad para
atacar los espacios. Un ariete complete que debe adquirir más pausa en la
definición. Cecilio Domínguez (Paraguay) es un
delantero clásico guaraní. Batallador, con capacidad para ganar esas disputas y
ayudar a sus compañeros pero con más problemas para aportar lejos del área. Diego Rubio es un pícaro atacante que
saca rédito de los desajustes defensivos en el entramado defensivo rival.
Incisivo e inteligente atacando los espacios, actuó pegado al costado diestro
del ataque. José Cevallos es un espigado
atacante bien dotado a nivel técnico, capaz de generar tanto en la fluidez del
ataque posicional como en la finalización de jugadas. Debe adquirir mayor ritmo
competitivo José Reyna (Perú) demostró ser
un torbellino. Veloz, dinámico y con celeridad para armar el remate, resulta
demoledor al contragolpe. Derlis
González (Paraguay) fue la luz que iluminó al ataque paraguayo. Bullicioso, descarado
y con gran facilidad para eliminar rivales, también demostró facilidad
anotadora. Le penaliza la endeblez de su estructura física.
2 comentarios:
Me parece que en los defensas destacados, te falto Valber Huerta de Chile. Ademas Sebastián Martinez no es colombiano, es Chileno.
@anónimo
Puede ser, pero todos no cabían y ya había incluido a varios jugadores chilenos. Corregido lo de Sebastián Martínez.
Un saludo
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